En un clima de incertidumbre sobre la duración de la crisis en España, tras la marcha del exministro de Economía Pedro Solbes y con el PP urgando en la falta de confianza cada vez más acentuada hacia el presidente del Gobierno, este optó ayer por el contrataque descarnado a quienes le critican, dando por hecho que la ciudadanía jalea sus decisiones. José Luis Rodríguez Zapatero sostuvo en una bronca sesión de control en el Senado que "una mayoría" de ciudadanos están dispuestos a pagar más impuestos, y acusó al PP de oponerse porque "no sabe nada de solidaridad".

Zapatero respondía así a una durísima intervención del portavoz popular en el Senado, Pío García-Escudero, que se remontó incluso al atentado de ETA en Barajas para describir a un presidente del Gobierno que niega constantemente la realidad y que hoy "sigue perdiendo la confianza y la credibilidad" incluso entre sus correligionarios. "En el PSOE se empieza a perder la confianza en usted y lo van a dejar más solo que la una", le espetó. Un golpe referido al abandono de exministros como Solbes o al desconcierto que entre los socialistas han causado los bandazos a la hora de definir la subida de impuestos o la prestación de 420 euros para los parados.

"¡LA OREJA, LA OREJA!" El líder del PSOE recordó que en su haber quedan la subida de pensiones, la rebaja de impuestos como el del IRPF o la ley de dependencia, medidas que el PP no entiende porque es insolidario. Este ataque enardeció a los senadores socialistas, que puestos en pie y aplaudiendo, escenificaron la unidad de criterio frente a los atisbos de división interna. Mientras, los populares blandían folios desde sus escaños al grito de "¡la oreja, la oreja!", ironizando sobre la "faena" de Zapatero. El presidente de la Cámara, Javier Rojo, terció para recordar que estaban "en el Parlamento".

Es muy probable que la contraofensiva de Zapatero y el cierre de filas de sus senadores obedezca a una estrategia dirigida a acabar con la imagen de falta de rumbo y cohesión interna.

Zapatero tuvo también que responder al último golpe asestado a la confianza en su gestión, las predicciones pesimistas sobre la economía española, anunciadas el día antes por la Comisión Europea. Durante la comparecencia con el presidente de Bolivia, Evo Morales, Zapatero volvió a insistir en que considera que "lo peor de la crisis ha pasado" y afirmó que "a finales de año o principios del 2010" se registrará "una vía de recuperación del crecimiento".

El comisario Joaquín Almunia pronosticó que el PIB español volverá a caer en el segundo semestre y que la recesión será menos profunda, pero más prolongada que en el resto de la UE, pero Zapatero recordó que previsiones hay varias y que el Ejecutivo debe atenerse a las suyas.

DESCANSO PARA SOLBES Preguntado sobre si echará de menos a Pedro Solbes, que ha dejado el escaño a pocos días de la votación de los presupuestos, el presidente del Gobierno lanzó un alegato en favor del exministro con el que ha chocado por varias medidas económicas. "El jefe del Ejecutivo aseguró que seguirá "escuchando su opinión" aunque ya no ocupe un escaño en el Congreso. "Procuro hablar con él, es amigo mío .... Y ha sido un muy buen ministro de Economía", concluyó.