Galicia ocupa un lugar preeminente en la lista de prioridades del PSOE. De cara a las elecciones autonómicas, previstas para octubre del 2005 pero sujetas a un probable adelanto por los conflictos del PP, José Luis Rodríguez Zapatero se volcará en esta comunidad para arrebatar a la derecha uno de sus principales feudos electorales. Ayer, al presentar en Santiago de Compostela a su candidato, Emilio Pérez Touriño, Zapatero pidió a los gallegos "valentía y confianza" para desalojar del poder al veterano Manuel Fraga.

Proclamó Zapatero que en Galicia soplan vientos de cambio. Y acertó de pleno, si no en el vaticinio político, sí al menos en la observación meteorológica. Bajo un fuerte temporal, el presidente recordó a los gallegos que afrontan una cita electoral "trascendental" para su futuro, pues deben elegir entre el proyecto "galleguista" e "integrador" que encarna Pérez Touriño y un PP que "sólo piensa en su división interna, en su futuro liderazgo y en lo que no hizo en el pasado".

Al apelar a la "valentía" de los gallegos, Zapatero quiso hacer un sutil llamamiento a la rebeldía del electorado contra los jerarcas conservadores --no sólo Fraga, también José Luis Baltar, José Cuiña o Francisco Cacharro Pardo-- que desde hace décadas rigen los destinos de Galicia.

El secretario general del PSOE ejerció la autocrítica y reconoció que su partido "no siempre ha estado a la altura" en esta comunidad. "Esta vez va en serio", garantizó a los simpatizantes que abarrotaron el auditorio de Galicia. Y, como prueba del compromiso del Gobierno --"la cohesión territorial implica cohesión social", razonó--, Rodríguez Zapatero exhibió los 1.500 millones de euros de inversiones públicas que los presupuestos del Estado destinan a Galicia.

LOS ASTILLEROS Con la vista puesta en la comarca del Ferrol, cuya supervivencia depende de los astilleros, Zapatero anunció una solución "razonable" para la crisis de Izar. Reiteró su promesa de "salvar los astilleros" con "un acuerdo con los sindicatos", "sin dejar a ningún trabajador a su suerte" y "sin hacer trampas" con las ayudas públicas.

Respecto a la lucha antiterrorista, Zapatero corrigió al presidente de la Generalitat catalana, Pasqual Maragall, que el viernes atribuyó el descabezamiento de ETA en Francia a la "correcta política de alianzas" internacionales impulsada por el Gobierno socialista. "Estos éxitos son de toda la sociedad, de todos los partidos y de todos los gobiernos de la democracia", le respondió Zapatero, que de nuevo prometió "unir" a todos los demócratas contra el terrorismo.