La ejecutiva del PSOE aprobará mañana convocar este mes a los barones. José Luis Rodríguez Zapatero ha encargado a la ejecutiva que reúna al consejo territorial para limar diferencias internas en el PSOE, especialmente con Pasqual Maragall, sobre los dos grandes temas que deben abordarse en la Conferencia de Presidentes de septiembre: las cuentas de la sanidad y la financiación autonómica.

El presidente del Gobierno pretende desactivar las reticencias de algunos de sus barones regionales a la propuesta de financiación del tripartito catalán antes del cónclave de septiembre, de modo que ningún líder regional del PSOE llegue a alinearse con el PP y en contra de las tesis del presidente catalán.

CALENDARIO INCUMPLIDO El consejo territorial es un órgano federal del PSOE que reúne al secretario general (Zapatero), al secretario de organización (José Blanco), a los presidentes autonómicos socialistas y a los secretarios generales del PSOE en las autonomías donde no gobiernan. Los estatutos del PSOE fijan una reunión bimensual del consejo para discutir las políticas autonómicas del partido, pero desde el congreso federal de hace un año sólo ha habido una, en noviembre, en Segovia.

La apretada agenda de Zapatero para este mes (mañana viaja a Singapur y no presidirá la ejecutiva) sólo deja dos fechas para el consejo territorial: entre el 11 y el 15 --una vez haya regresado de la cita olímpica con Madrid 2012-- o el día 28, cuando estaba prevista la Conferencia de Presidentes, aplazada hasta los primeros días de septiembre.

La reciente victoria socialista en Galicia es determinante para explicar el cambio de postura de la dirección del PSOE, que en las últimas semanas había descartado por inoportuna una convocatoria del consejo territorial. Emilio Pérez Touriño ha comunicado ya a Zapatero que el acuerdo con el BNG para formar Gobierno llegará pronto, pero que difícilmente será investido presidente antes de principios de agosto. Descartada la Conferencia de Presidentes en julio, el consejo territorial permitirá a Touriño presentarse como el líder de una de las comunidades históricas con la fortaleza de saberse su inminente presidente.

Zapatero confía especialmente en el líder gallego para que le ayude a conciliar las posturas de otros barones socialistas contrarias a las tesis de Maragall en materia de financiación. Especialmente con Manuel Chaves, el otro jefe de Gobierno de una nacionalidad histórica, cuya relación se ha visto dañada por una declaración de Maragall contra la pervivencia de autonomías "subsidiadas".

El otro barón socialista que suele oponerse frontalmente a las tesis catalanas, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, recibió explicaciones personales de Zapatero el pasado jueves en Mérida, donde se celebró el último Consejo de Ministros. Ibarra y Zapatero tuvieron ocasión de departir hasta las dos de la madrugada en el hotel donde se hospedó la comitiva gubernamental. Una charla a calzón quitado --como le gusta llamarlas a Ibarra-- que tranquilizó al líder extremeño, al constatar que la financiación que se apruebe mantendrá la cohesión y la solidaridad territoriales y la igualdad de los ciudadanos.

SOCIALISTAS CATALANES En medio de este clima, el PSC ha empezado a poner los pies en la tierra. Ante los planteamientos de dudosa constitucionalidad introducidos por la presión de CiU en la comisión que elabora el Estatuto catalán, los socialistas advierten, en privado, que no piensan aprobar en Cataluña un texto que el PSOE considere inasumible y que no pueda ser aprobado en las Cortes. Hoy Maragall se reúne con Carod para reconducir la situación y elaborar un proyecto más posibilista.