José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy han expuesto esta mañana sus veredictos contradictorios sobre la situación de las políticas sociales. Mientras el presidente del Gobierno ha sacado pecho del aumento de estas partidas llevado a cabo durante su mandato, el líder del PP ha sostenido que la mejor política social es una buena política económica, y que la del Ejecutivo socialista es "ruinosa".Durante el primer debate monográfico llevado a cabo en el Congreso, Zapatero, en un discurso sin novedades, ha destacado que entre el 2008 y el 2011 "las partidas referentes al gasto social en los Presupuestos han aumentado un 22%", aunque también ha reconocido que este "aún se sitúa cinco puntos por debajo de la media comunitaria". Sus prioridades para los próximos años, en orden de importancia, serán, según ha explicado, el empleo, la educación, la conciliación, la política de vivienda y la sanidad. Pero España se enfrente a "dos desafíos que podrían poner en cuestión la sostenibilidad de los avances conseguidos: conseguir un modelo productivo competitivo y sostenible, y dar respuesta a la evolución demográfica y a a la plena incorporación de las mujeres al mercado de trabajo"."Es una broma de mal gusto", le ha dicho Rajoy después de echarle en cara los recortes aprobados el pasado año. "Con una mala política económica es imposible que exista una buena política social. Hasta un niño sabe que de donde no hay no se puede sacar. No existe mejor política social que crear empleo", ha opinado el líder popular, que ha explicado cómo sería la salida de la crisis si su partido logra gobernar en el 2012, algo sobre lo que no ha parecido albergar dudas: "Será muy diferente con nosotros. Tan diferente como lo que va de malvivir con un subsidio a tener trabajo; de buscar refugio en el socorro de la familia, a sostenerla; de carecer de oportunidades a poder escoger; de repartir la pobreza a repartir el bienestar".El gasto en dependenciaEl portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, ha acusado al Gobierno de imponer un modelo de gasto "inviable" en el campo de la dependencia. "El Estado paga unna parte insuficiente de la factura impuesta, mientras el grueso del gasto lo pagan las comunidades autónomas, y ello para que después venga el Estado a exigir la reducción del déficit y del gasto a las comunidades. Le emplazo a reprogramar y revisar, junto a las autonomías, el modelo y calendario de aplicación de la ley de la dependencia antes de las elecciones generales".