Ni la lluvia, ni el frío intenso, ni las cuatro explosiones provocadas por ETA en Guipúzcoa doblaron su ánimo. José Luis Rodríguez Zapatero proclamó ayer en Santiago de Compostela que no está dispuesto a "engancharse al pesimismo del PP y de Mariano Rajoy".

Como hizo en el debate sobre el estado de la nación, comenzó su intervención refiriéndose al terrorismo. Reconoció que para ver su desaparición "es buena la unidad de los partidos", pero casi la dio por imposible en el caso del PP cuando anunció que "a pesar de ellos" seguirá "trabajando por lograr la paz". Y explicó en qué basa su firmeza: "Es lo que quieren los ciudadanos vascos y españoles".

Ante 6.000 agricultores y ganaderos, Zapatero no ahorró descalificativos para el principal partido de la oposición, que tiene una visión "catastrofista" de una España que, a juicio del presidente, está "mejor" que cuando él accedió a la Moncloa. "No puedo entender el extremismo del PP", confesó Zapatero, que concluyó: "Le veo agotado en Galicia y ofuscado en España".

ULTIMA ESPERANZA Así, en clave electoral gallega, entiende el PSOE que radica la última esperanza para que el PP se avenga a compartir y apoyar la política antiterrorista del Gobierno, incluida su pretensión de dialogar con ETA si previamente declara que abandona la violencia.

El análisis de los socialistas pasa por una derrota de Manuel Fraga el próximo 19 de junio, que desataría una crisis en el PP --sería el cuarto descenso electoral en poco más de un año, tras las generales y las europeas del 2004 y las vascas de este año-- y aconsejaría un cambio drástico de estrategia. Por eso Zapatero no quiso retirar la "mano tendida" que ofreció a Rajoy al final del debate de la nación, y reiteró que es su "obligación" como presidente seguir intentando recomponer "la unidad de los demócratas". Pero dejó claro que no cederá al "pesimismo" del PP si ve la más mínimo oportunidad de poner fin a 30 años de terrorismo. Un viaje, aclaró, para el que se siente acompañado "de todos los españoles".

EL CAMBIO ES EL FUTURO Además de la falta de apoyo en materia antiterrorista, Zapatero reprochó al PP su empeño en "anunciar graves males para el futuro de España" como nación. Y aclaró que en el futuro "no va a haber menos España, sino más Galicia, más identidades, más respeto a la pluralidad, más reconocimiento y defensa de las lenguas y las culturas". Para regocijo de su público, anunció que lo que sí habrá en adelante "es menos PP".

En un tono ya eminentemente electoral, aunque faltan dos semanas para que se inicie formalmente la campaña, Zapatero anunció que "en un mes empieza el futuro en Galicia" y llamó a lograrlo porque "el cambio es el único futuro" para los gallegos.

En un acto en el que también intervinieron la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, y el candidato socialista a la Xunta, Emilio Pérez Touriño, el jefe del Ejecutivo desgranó ante 6.000 agricultores y ganaderos que se desplazaron a Santiago a escucharle las principales medidas que pretende aprobar el Gobierno este año. Entre ellas, destacó la ley de dependencia, la ley de igualdad, el incremento de las "pensiones mínimas el doble de la media de subida de las pensiones", la ley de montes, la del vino y el estatuto del emigrante, que concederá derechos sociales a los españoles residentes en el exterior, entre los que hay medio millón de gallegos.

Zapatero recordó que siempre apoyó lo que se le pidió e insistió en que a él no se le ha oído "una mala palabra, un mal gesto" hacia el presidente de la Xunta. "Siempre tuve voluntad de ayudar", concluyó.