Para hacer frente a la crisis económica el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, trata de recuperar el orgullo de la izquierda y el mensaje más clásico del socialismo. Con la voluntad de buscar adhesiones en la sociedad española, Zapatero aseguró que en el presupuesto del Estado del 2009 las pensiones mínimas subirán el 6%, con el objetivo de que aumenten un 25% en los próximos cuatro años. Lo hizo en Rodiezmo, en León, ante miles de personas que querían oír, precisamente, a un presidente netamente identificado con las señas del socialismo democrático.

Zapatero no quiere entrar, por el momento, en otros debates. La negociación sobre la financiación autonómica sigue atascada, pero el presidente del Gobierno inició ayer el curso político centrado únicamente en su modelo social y en su proyecto político personal, liderado por la extensión de derechos sociales. A solo tres días de su comparecencia en el Congreso, para detallar las políticas de ocupación, Zapatero se enorgulleció de haber subido las pensiones un 30% en la pasada legislatura y de seguir la estela en este nuevo mandato: "Esta es mi manera de atender la crisis y las dificultades", aseguró.

LAS CUENTAS DEL ESTADO El anuncio del presidente, que aprovecha cada año la cita de Rodiezmo para respirar aire socialista sin impurezas , junto a los líderes sindicales de UGT, denota que el Gobierno comienza a tener avanzado el proyecto de presupuestos. Y, aunque el PSOE no tienen atados todavía los apoyos suficientes para sacarlos adelante, al margen del regalo que le ofreció UPN (la marca del PP en Navarra), dispuesta a arrimar el hombro, Zapatero confía en que la difícil situación económica responsabilizará al resto de grupos. Pero todo ello sin tocar las partidas del gasto social.

El aliento de los líderes sindicales, con proclamas muy duras contra el libre mercado por permitir la crisis financiera en EEUU, y su defensa de los trabajadores y de los menos favorecidos, llevó a Zapatero a afirmar que espera que nadie le presione en otra dirección. "Que no me pidan dinero para salvar empresas de aquellos que han tenido muchos beneficios en los últimos años", advirtió, logrando los aplausos de miles de personas que resistían el sol de justicia en las campas de Rodiezmo.

Pero, ¿hay algo tan importante como atender la situación económica? Sí, el presidente del Gobierno reaccionó con virulencia ante las críticas del PP, que le reprocha que abra otros debates, como el de la ley del aborto o el de la búsqueda de los muertos de la guerra civil para esconder la crisis. Aseguró que él mismo pidió comparecer el miércoles en el Congreso para hacer frente a la crisis y al aumento del paro, pero que el Gobierno tiene otras tareas y entre ellas, "la extensión de derechos". Se refirió a otras políticas sociales, como la creación de guarderías para niños de hasta 3 años, con una inversión de 1.000 millones de euros, compartida con las comunidades autónomas, a la ley del aborto, que se comprometió a impulsar, y a la ley de dependencia. En este último caso consideró "insólito como ejercicio de hipocresía" que algunas comunidades, como la de Madrid, en manos del PP, pidan más recursos pero sin cumplir el desarrollo de la ley.

MEMORIA HISTORICA Pero Zapatero se centró en el deseo de muchos ciudadanos de recuperar a sus familiares desaparecidos en la guerra civil, y que ha recibido el impulso del juez Garzón. Y ahí tenía ganado al público en un lugar como León. La ovación fue atronadora cuando se dirigió al PP. "Pido a la derecha que, aunque solo sea por compasión, respete la decisión de los familiares que quieran enterrar a sus seres queridos, porque eso es una democracia".