La pandemia de covid-19 y sus demoledoras consecuencias sobre la población mayor han dejado huella en la gestión de la dependencia. El año 2020 cierra con más beneficiarios y menos personas en lista de espera, pero como consecuencia de que se han tramitado menos expedientes y, «sobre todo, el altísimo número de personas fallecidas por covid pendientes de recibir sus prestaciones». Así se recoge en el XXI dictamen del Observatorio de la Dependencia, un informe que cada año elabora la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales y que ofrece una radiografía sobre el sector en España.

En base a los datos que proporcionan el Imserso y el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria en España (MoMo), el estudio concluye que entre marzo y diciembre de 2020 fallecieron en Extremadura 1.476 personas en lista de espera para recibir ayudas de la dependencia: 683 estaban pendientes de la resolución de grado y 793 tenían ya el derecho reconocido pero no una prestación o servicio asignado. Además, otros 756 extremeños que cursaron la solicitud murieron antes de acreditar su condición de dependientes.

Según la asociación, esto ha contribuido «de forma notable» a la reducción de las listas de espera en el último año. «Tanto es así que de las 2.071 personas que han abandonado la lista de espera de resolución de prestación, el 38,2% lo han hecho como consecuencia del fallecimiento de la persona y no por la gestión de la comunidad autónoma», se señala.

En los últimos 12 meses también se ha conseguido rebajar el número de personas desatendidas en más de un 21% (-1.521) como consecuencia de nuevas incorporaciones al sistema, pero también por otros factores sobre los que ha influido la pandemia: las solicitudes han caído casi un 7% (-3.906) y se han hecho 364 valoraciones menos, con lo que el número de personas con derecho se ha visto reducido en 693, un 1,96% menos.

Más beneficiarios

Así las cosas, Extremadura cuenta en estos momentos con un total de 29.065 personas dependientes atendidas, lo que supone un incremento del 2,93% (+828) con respecto al año anterior. «Algo realmente meritorio en excepcionales circunstancias covid-19, más aún si lo comparamos con la gestión del año 2019, que acabó con 952 dependientes menos», afirma el colectivo. Pero aún así, al ritmo de atenciones que se han dispensado en los últimos tres años, Extremadura tardaría 4,9 años en proporcionar sus ayudas a los 5.685 dependientes que siguen en lista, indica el informe.

En general, la tasa de mortalidad de los dependientes durante el año 2020 ha sido superior a lo esperado: entre marzo y diciembre de 2020 fallecieron en Extremadura 5.915 personas con solicitud de dependencia, lo que supone un incremento del 21,3% sobre la media de años anteriores. El 74% de estas personas ya estaban recibiendo sus prestaciones y según el informe, el exceso de mortalidad es «notablemente superior» en el colectivo atendidos en residencias: se contabiliza la pérdida de 567 plazas entre marzo y diciembre. En el mismo periodo hay 1.976 nuevas prestaciones económicas y 113 para cuidados familiares.

Todas las prestaciones del catálogo de atención a la dependencia alcanzaron en 2020 tasas de reposición negativas, excepto las ayudas económicas vinculadas al servicio. Según el informe de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, sobre estas ayudas «descansó» todo el sistema extremeño en 2020. Estas prestaciones, que según el espíritu de la ley deben ser minoritarias, pasan a ocupar el 48% del peso de la cartera de servicios, frente al 10% de media nacional. El aumento ha sido del 5% en los últimos 12 meses, pero no compensa la caída de plazas en residencias (615, un 13%) y centros de día (-45 plazas).