La pasión típica del Jueves Santo fue ayer aún mayor en Mérida, ya que a la devoción propia de estos acontecimientos se unió el recuerdo a las víctimas de los atentados del 11 de marzo en Madrid. Las cofradías no quisieron olvidar ayer esta catástrofe y pusieron a los pasos e imágenes crespones en señal de luto, un recuerdo que estuvo presente durante toda la jornada también en los miles de ciudadanos que se agolpaban en las calles para seguir el recorrido de los cinco desfiles procesionales.

La imagen del Santísimo Cristo de la Vera Cruz, por ejemplo, era fiel reflejo de este recuerdo, ya que lucía un crespón negro. En esta misma procesión, María Santísima de Nazaret no lucía sus habituales joyas en señal de duelo, y no llevaba un sólo bordado en el sayo, pero lucía esplendorosa un traje rosa.

Este aspecto se repetía en cada uno de los desfiles, acompañados por miles de devotos, y que se desarrollaron con normalidad pero con algo de retraso.

PASOS DESTACADOS El tiempo acompañó y por ello las procesiones lucieron con mayor esplendor si cabe. Especial expectación levantó el desfile de la Centuria Romana junto al paso del Prendimiento de Jesús y Nuestra Señora de la Paz, y la subida de esta procesión con los dos pasos hasta la parroquia a través de un camino de antorchas y fuego.

Otro de los puntos importantes fue el encuentro y la llegada del Cristo de la Vera Cruz y María Santísima de Nazaret a las puertas de la iglesia del Perpetuo Socorro.

El caminar de la procesión por el Arco de Trajano con el paso de la Esperanza también resultó notable, al igual que el del Cristo de los Remedios y de Nuestra Señora del Mayor Dolor por la concatedral de Santa María.