¿Y si se prorroga la alerta sanitaria y la necesidad de mantener las medidas de protección frente al coronavirus? Ese es el planteamiento con el que un grupo de empresarios extremeños vinculadas al sector de la fruta de hueso han decidido anticiparse a los efectos que la crisis provocada por el covid-19 podría tener sobre la campaña de la recogida de la fruta en la región, que genera unos 40.000 empleos en la región (el 80% de la mano de obra en el sector).

Hace unos días que han ultimado una compra centralizada a través de la Asociación de Fruticultores Extremeños que incluye 120.000 mascarillas, 300 termómetros ‘contactless’, 5.000 test rápidos, 180.000 pares de guantes, 1.500 trajes de protección (de los conocidos como EPIs) y 500 gafas. El objetivo es contar con las medidas de seguridad necesarias para poder iniciar la actividad si, llegado el caso, se mantiene la situación y la necesidad de prevenir contagios.

«No es una cantidad definitiva, podría hacer falta más cantidad y en ese caso se realizarían nuevos encargos. Pero teniendo en cuenta las dificultades para encontrar material disponible ahora, por la saturación de demanda en el mercado se ha optado por adquirir un primer paquete para poder iniciar la actividad si fuera necesario», señala el gerente de Afruex, Miguel Ángel Gómez. En la compra, que se ha coordinado desde la central extremeña han participado junto a las empresas de la región, también alguna de Andalucía y Murcia.

En Extremadura la recogida de la fruta se inicia con la cereza a finales del mes de abril. En mayo comienza el grueso de la recolección, que se prolonga hasta el mes de septiembre según los cultivos y las variedades. Es esa primera campaña, con la cereza, la que más preocupa por su proximidad. En el resto de cultivos, aunque se precise más stock de materiales de protección, desde Afruex confían en poder recurrir ya a compras dentro de Europa porque la presión se haya relajado ya algo más.