Las ayudas para la compra de un coche propulsado con un motor híbrido, es decir, que alterne el tradicional de gasolina con otro eléctrico, se elevará a un máximo de 3.000 euros. Estas subvenciones, que se encuentran incluidas dentro de la Estrategia Extremeña contra el Cambio Climático, pretenden renovar la actual flota de vehículos por otros más eficientes con el fin de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que una de las ventajas de este tipo de coches se encuentra en que emiten poco CO2.

Para hacer frente a esta línea de subvenciones, el Gobierno extremeño destinará, en un principio, 600.000 euros. En el caso de que la convocatoria sea satisfactoria, se convocará los próximos años. Este primer año, por tanto, se podrán beneficiar de estas ayudas un máximo de 200 compradores. El decreto aprobado por el ejecutivo regional establece que la ayuda será del 15% del precio de mercado del vehículo, con un máximo de 3.000 euros, y para coches que no cuesten más de 28.000. En el mercado actual solo hay dos modelos que cumplen con estos requisitos, con precios que van desde los 24.500 euros, en el caso del Honda Civic Hybrid, y los 25.000 del Toyota Prius. Hay más modelos, todos de la marca Lexus, con precios a partir de 50.000 euros. De cara a próximas convocatorias, la mayor parte de los fabricantes ya han anunciado próximos lanzamientos de motorizaciones de estas características.

Esta ayuda está impulsada por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía, y ya se han implantado en otras regiones, aunque con ayudas económicas que oscilan entre los 2.000 y 6.000 euros. Además de estas ayudas, también anima a la compra de estos vehículos por el hecho de no pagar penalizaciones por contaminación en el impuesto de matriculación.

La implantación de coches híbridos está siendo muy lenta en España, debido principalmente a su alto coste. La razón fundamental por la que se ofrecen ayudas públicas es la de impulsar su venta, con el objetivo de crear una conciencia de protección del medio ambiente entre los conductores. En Extremadura, el transporte supone en torno al 30% del total de las emisiones de gases contaminantes.

Estos motores emiten unos 100 gramos de CO2 por cada kilómetro que recorre, por lo que se sitúan en la franja de los vehículos que menos contaminan, muy lejos de las emisiones de coches convencionales de igual gama, como pueden ser un Ford Focus, con un 50% más de emisiones. Estas diferencias se acentúan según el tipo de vehiculo, de forma que un todoterreno de lujo como el BMW Serie 5, proyecta 260 gramos de CO2 por kilómetro recorrido.