Nuevos pasos hacia la democratización del Ejército. Cuatrocientos militares extremeños se han integrado en la Asociación Unificada de Militares de España (AUME), la única que representa a este colectivo. Desde su inclusión en el Registro de Asociaciones acoge a más de 3.000 miembros de las fuerzas armadas españolas de todo rango, cargo y condición. Esto significa que el 13% de sus asociados están en Extremadura, lo que da idea de que el sentimiento reivindicativo y de unidad es mayor en la comunidad extremeña que en otras. La AUME se presentó ayer en Badajoz a profesionales de los acuartelamientos radicados en la capital pacense, apoyados por el colectivo AUGC (de la Guardia Civil), en la sede de CCOO. En un futuro próximo lo hará en Cáceres.

La AUME se fundó en 2005 para defender "los derechos e intereses profesionales, económicos y sociales de los militares españoles", según manifestaron su presidente nacional, Jorge Bravo, y el secretario general, Mariano Casado.

Ambos estuvieron acompañados por el secretario provincial de AUGC Badajoz, Juan Ruiz, colectivo cuya trayectoria les sirve de ejemplo y experiencia para afianzar el asociacionismo. Precisamente, en un sector que, según dijeron, lo necesita más que nunca, dado "los momentos de convulsión y el malestar existentes a raíz de la nueva Ley de la Carrera Militar, hecha a espaldas a sus destinatarios y que genera tantos problemas".

La presentación de la AUME, que ya tiene 15 delegaciones provinciales en España, pretende, entre otras cosas, preparar la de Badajoz y en un futuro la de Cáceres. Pero también anunciar la que consideran que será "la mayor concentración de militares en la historia constitucional", convocada para el domingo 13 en Madrid.

Con este acto de protesta, el cuarto en la historia del estamento durante la democracia, la asociación reivindicará la dignidad y los derechos del colectivo militar y exigirá la reforma de la citada ley.

Bravo y Casado señalaron que el movimiento asociativo militar está "en expansión", pues mantiene relaciones con el resto de estamentos cívicos del país, partidos, grupos parlamentarios, sindicatos, autonomía y está integrado en la Euromil, movimiento europeo que agrupa a colectivos militares. "Crecemos muy rápido, porque existía un gran vacío en este terreno y porque crece la cultura del asociacionismo entre los profesionales militares", añadieron.

AUME optó por ser "una asociación transversal, abierta a militares en activo de los tres ejércitos y a todas las escalas, de soldados a suboficiales y oficiales". El colectivo reclama al Gobierno que cumpla su promesa electoral de crear una ley que regule el asociacionismo profesional militar. Dicha ley deberá regular aspectos como la libertad de expresión y derechos de reunión y manifestación.

Entre otras reivindicaciones de la asociación figura la creación de una oficina de atención integral a las familias de los militares destinados a misiones internacionales, algo que afecta directamente a los miembros de la base de Bótoa.

Jorge Bravo y Mariano Casado consideraron que las familias quedan "muy desatendidas con la marcha de quien a veces es el cabeza de familia, durante un periodo largo de tiempo, de al menos cuatro meses".

LA NUEVA OFICINA Dicha oficina debería contar con dotación presupuestaria y evitaría "que en caso de necesidad, los familiares tengan que ir de ventanilla en ventanilla a solucionar problemas médicos, de banco, o de atención a personas mayores o discapacitadas". También pretende la AUME que ofrezca asesoría legal y atención psicológica, entre otros servicios.

Los dirigentes de la asociación recordaron que hay asociaciones militares muy fuertes en Europa, como las de Alemania, Holanda, Finlandia o Bélgica. Y que pretenden, así mismo, favorecer la formación para que el militar sea un "profesional moderno que tenga cualificación por si le llega el momento de tener que salir de las fuerzas armadas e integrarse en la sociedad civil".