Dos tercios de las oficinas integradas en la red del Banco Santander en Extremadura reunen los parámetros establecidos por el banco para definir el cierre de hasta 450 oficinas en toda España a lo largo de este año y el despido de hasta 1.200 trabajadores. La empresa y los representantes sindicales iniciaron ayer las negociaciones que afectan en la región a 468 empleados y a 108 oficinas, de las que 67 tienen tres o menos empleados, la oficina 'tipo' que puede verse afectada por esta reestructuración emprendida por el grupo que dirige Ana Patricia Botín. Desde el grupo sostienen que "el banco seguirá en todas las localidades en las que está".

La eliminación de oficinas afectará a "oficinas con margen negativo o bien duplicadas o próximas entre sí", señalan fuentes de la Federación Independiente de Trabajadores del Crédito (FITC), el sindicato mayoritario en la entidad. Según sus datos, dentro de la red extremeña hay 17 oficinas que tienen un único empleado (10 en la provincia de Badajoz y 7 en Cáceres). Además hay 30 oficinas con dos trabajadores (15 en cada provincia) y 20 con tres empleados (15 en Badajoz y 5 en Cáceres). El resto de los centros (41 oficinas) tienen más empleados y por tanto estarían, en principio, fuera de los parámetros definidos inicialmente por la empresa, aunque la negociación está aún muy abierta.

FUSIONES Sobre las opciones que se barajan, en algunos casos se podría determinar la fusión de oficinas próximas entre sí en la misma localidad o bien la externalización del servicio bajo la figura del agente colaborador, para mantener la representación en las localidades de menos de 10.000 habitantes. En ciudades mayores, la principal propuesta es la concentración de oficinas separadas por menos de 500 metros entre sí.

La entidad pretende además la salida de 1.200 trabajadores, "principalmente a través de prejubilaciones", según fuentes de CCOO presentes en la negociación. La edad se ha establecido en 58 años y en Extremadura hay 17 trabajadores que podrían acogerse (4 en Badajoz y 13 en Cáceres), un 3,6% del total de la plantilla, compuesta por 468 trabajadores. Otro mecanismo serían las bajas incentivadas. "Vamos a luchar por que sean bajas voluntarias, por que esto no acabe siendo un ERE", dicen fuentes de FITC.

Del total de salidas que se barajan, la empresa quiere reducir 900 empleos de su red de oficinas y 300 de los servicios centrales. Las oficinas centrales extremeñas están centralizadas en Badajoz y tienen 51 trabajadores. Los 417 restantes pertenecen a la red de oficinas, con 264 trabajadores en Badajoz y y 153 en Cáceres.