Ni los obreros son los que más accidentes mortales sufren en las obras (son los oficiales y encargados), ni los siniestros ocurren más frecuentemente en pequeñas empresas y subcontratas. Tampoco es cierto que el descenso de la siniestralidad tenga que ver con un mayor cumplimiento de las medidas de seguridad, sino que se debe sobre todo al descenso de la actividad por la crisis. Un estudio realizado, entre otros, por el profesor de la Universidad de Extremadura Luis Damián Ramos pone en cuestión algunas de las ideas preconcebidas sobre los accidentes en el ámbito de la construcción.

El trabajo fue presentado ayer en unas jornadas sobre siniestralidad, seguridad y salud en la edificación. Fue en Colegio Oficial de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación de Cáceres. Allí estuvo el director general de Trabajo de la Junta, Miguel Lozano, quien destacó el "positivo" descenso de accidentes en este sector. Según explicó, hace diez años el 16,5% de los trabajadores de la construcción sufría algún tipo de percance grave durante su trabajo; actualmente ese porcentaje es del 12% y está a la baja. En este sentido, Lozano apuntó que la siniestralidad ha caído un 30% desde 2008, una evolución que achacó al descenso de actividad --menos trabajo, menos empresas, menos posibilidades de accidente--, a la disminución del riesgo por el tipo de obras que se encargan y a la labor realizada en materia de prevención. En opinión de Luis Damián Ramos, profesor de Seguridad y Prevención de la Uex, también hay mayor control: "al haber menos empresas, los inspectores hacen más visitas".

Por un motivo o por otro, lo cierto es que la siniestralidad está cayendo. No obstante, el director general apuntó una circunstancia que, dijo, le preocupa: en el 98% de los accidentes investigados por la Inspección de Trabajo, las empresas cumplían la normativa en materia de seguridad. Esto hace pensar a la administración que el mero cumplimiento de la legislación no es suficiente. Por eso la Junta trabaja ya en nuevas medidas de cara al próximo plan regional de prevención de riesgos laborales --el actual, vigente los últimos cuatro años, finaliza el 31 de diciembre--. Lozano no quiso adelantar en qué sentido irán esas actuaciones. "Lo estamos negociando", zanjó.

En su estudio, el profesor Ramos ha analizado los accidentes mortales registrados en España en obras de edificación durante los tres últimos años. Extremadura aparece como la comunidad con menos casos, con tres. Al margen de eso, la investigación ofrece otros datos relevantes: los accidentes afectan sobre todo a albañiles, son más numerosos entre oficiales y encargados --"por exceso de confianza"--, suelen ser caídas en altura y ocurren mayoritariamente de 11 a 13 horas --"después del bocadillo"--. El docente también apuntó que entre los motivos más habituales están la no utilización de los equipos de protección que tiene cada trabajador, las deficiencias en los sistemas de seguridad y el incumplimiento de las normas de seguridad. Es decir, trás la mayoría de los accidentes hay decisiones o fallos individuales.