Al término de una semana marcada por el ruego de oración por las víctimas del sida y por la determinante condena, siguiendo el ejemplo de Benedicto XVI , a la pederastia con el anuncio de la 'tolerancia cero', Francisco vivió el domingo pasado su primera Inmaculada. Tras una semana de tiempo prácticamente primaveral en Roma, ese día comenzó a caer una lluvia ligera, como si el rorate coeli que se reza en Vísperas durante este tiempo del Adviento quisiera hacerse presente.

Francisco baja en Piazza di Spagna del asiento del copiloto de un utilitario, cubierto del álbeo abrigo pontificio y, en lugar de saludar a las autoridades congregadas frente a la Embajada Española ante la Santa Sede, se acerca, con sus característicos andares, hacia los enfermos de la Hospitalidad de Lourdes: ancianos niños, jóvenes, los acaricia, los besa sin perder su sonrisa. Parece que el espíritu del Poveriello de Asís se hiciera de nuevo presente y que Francisco, al tocar la carne enferma, estuviera tocando a Cristo pobre y crucificado. El Santo Padre ha dicho que en la Inmaculada se reconoce el destino verdadero: ser amados y transformados por el Amor.

Francisco es capaz de dar mensajes gestuales y verbales transidos de esperanza. No en vano una de sus frases esta semana ha sido decir que el Juicio Final será un momento de profunda alegría y alejado de cualquier tipo de tristeza apocalíptica. Este es el mismo Papa que ha anunciado a los cuatro vientos que es un escándalo el hecho de que millones de personas mueran por causa de la pobreza o que ha dado su afecto a los niños víctimas de la violencia en sus propias familias. Dios no tiene miedo de la ternura y por eso se hace niño, ha sido otra de sus píldoras de esta semana.

En el Vaticano, el nuevo Secretario de Estado, Monseñor Pietro Parolin ha dicho que es muy fácil trabajar con el Papa. La Curia todavía le concede un prudencial tiempo. La Basílica de Santa María de los Angeles acogió ayer la apertura del Bicentenario de la Pontificia Academia Tiberina, presidida por Monseñor Fernando Mariotti , una de las instituciones imprescindibles en el mundo de la cultura romana.

Pero la noticia de la semana es que el Papa Francisco ha sido nombrado personaje del año por el semanario Time, una de las cabeceras más prestigiosas del mundo. Muchos políticos pagarían millones por esa portada, incluso contratarían costosísimas agencias de imagen para lograrla. Francisco, nueve meses después de subir al Solio, lo ha conseguido de la manera más sencilla, anunciando la Buena Nueva de Cristo y regalando mensajes de esperanza y amor a este mundo deshumanizado.