El pequeño municipio pacense de Ahillones, de poco más de mil habitantes, se ha volcado esta mañana para dar el último adiós al joven militar Ruben Rangel Vizuete, vecino de esta localidad, fallecido el pasado martes en Huesca durante unas prácticas, y arropar a sus familiares.

La práctica totalidad de los habitantes del pueblo se han sumado a las autoridades civiles y militares que también han asistido a la misa que se ha celebrado en la Parroquia de Nuestra Señora de los Remedios y acompañar el féretro hasta el cementerio municipal, donde ya reposan los restos del joven, según ha relatado a Efe el alcalde, Rosendo Durán.

Rubén Rangel falleció el martes mientras realizaba unas prácticas de escalada en Canfranc, a causa de un desprendimiento de rocas que alcanzó a la cordada de la que formaba parte.

El soldado murió tras recibir el impacto de una de las rocas, mientras que el resto de la cordada, cuatro militares de su misma compañía, resultaron heridos con lesiones de diversa consideración.

Entre las autoridades civiles y militares que han acompañado a los familiares del joven estaban el presidente de la Junta de Extremadura Guillermo Fernández Vara y la subdelegada del Gobierno en Badajoz Pilar Nogales, así como representantes de diferentes partidos políticos.

La misa funeral ha sido oficiada por el vicario comarcal y cinco párrocos, tres de ellos naturales de la localidad.