Fernando Manzano, de 42 años, tuvo una infancia feliz. De pequeño jugaba en el campo de tierra (que hoy es de césped artificial) de su pueblo natal, Malpartida de Cáceres. También jugaba en la plaza del Sol, que era igualmente de tierra porque la mayor parte de las calles del pueblo eran entonces de tierra o de rollo. Además del fútbol, le gustaban las canicas y las peonzas de madera, "que cuando se estropeaban las puntas mi padre nos ponía el metal", recuerda con nostalgia.

Estudió en el colegio de EGB Licinio de la Fuente, nombre que se puso en honor a un gobernador civil de la provincia de Cáceres. En ese centro estuvo de director durante muchísimos años don Vicente Muriel, que luego fue asesor del Centro de Profesores y Recursos de Cáceres y que precisamente fue uno de los introductores del baloncesto en Malpartida. "El 99% de los niños de Malpartida jugábamos al fútbol hasta que llegó don Vicente Muriel, que empezó a introducir el baloncesto".

En el colegio, Manzano tuvo muchos profesores que recuerda gratamente, como doña Isabel Alcántara, que murió recientemente con cerca de 100 años, una profesora soltera, de Malpartida, que estuvo dedicada en cuerpo y alma a la enseñanza. Y otros profesores, como Miguel Angel Muriel, que era hermano de don Vicente.

El mayor de cuatro hermanos, sus padres, con mucho sacrificio, le dieron la oportunidad de estudiar. Y se hizo profesor. Se fue a la mili a Melilla y hace 18 años se casó con Nieves, hija de emigrantes extremeños que se fueron a Cataluña. Tiene dos hijos: uno de 14 años y otro de 9. Le gusta la patatera, producto al que Malpartida tiene dedicada la fiesta del Martes de Carnaval en honor a los quintos que antiguamente recorrían las calles del pueblo en busca de comida para hacer una fiesta coincidiendo con su ingreso en el servicio militar. Es aficionado al Real Madrid pero antes que de cualquier otro equipo Fernando Manzano es, "sin ninguna duda" forofo del Club Polideportivo Malpartida.