Cinco municipios extremeños (Cáceres, Mérida, Almendralejo, Villafranca de los Barros y Zafra) están considerados como ´de riesgo extremo´ por ser destino o lugar de paso de los casi 5 millones de toneladas de mercancías peligrosas que cada año pasan por la región, según el plan de protección civil sobre el transporte de este tipo de productos en Extremadura, Transcaex. De todos ellos, la capital extremeña es la que presenta un mayor riesgo, al confluir en ella las principales vías de comunicación por carretera y ferrocarril. Este plan es la herramienta para afrontar en Extremadura situaciones comparables la que se está produciendo estos días en la costa de Lugo por la avería del buque Ostedijk cargado de fertilizantes que están provocando emanaciones de gases.

Además, hay otros 26 municipios donde el riesgo es alto, entre ellos Badajoz, ya que están situados a orillas de las carreteras más transitadas. El documento elaborado por el 112 apunta que la mayor concentración de tráfico de este tipo de mercancías, y por tanto el mayor riesgo, se da en la N-630 entre Cáceres y el límite con Huelva --ahora autovía hasta Fuente de Cantos-- y en la Autovía de Extremadura entre Miajadas y Badajoz. En cuanto al ferrocarril, el trazado más vulnerable es el que va desde la entrada en Extremadura de la línea de Sevilla hasta la localidad de La Garrovilla, pasando por Zafra, Mérida y Aljucén.

En todo caso, el director del 112, Miguel Angel Ruiz, aseguró que todos los ayuntamientos incluidos en el listado de riesgo han sido "diligentes" a la hora de elaborar sus planes de prevención ante un incidente relacionado con el transporte de mercancías peligrosas, plan que va coordinado con el del propio Centro de Emergencias. Asimismo, adelantó que ahora se está elaborando un plan de emergencia exterior de las empresas que trabajan con estas materias.

El Transcaex indica que a lo largo del año pasan o llegan a la región casi 4,5 millones de toneladas de productos peligrosos, de los que la mayor parte son transportados por carretera, ya que el transporte ferroviario apenas llega a las 13.000 toneladas. Esto supone "un importante flujo" derivado de la proximidad de núcleos industriales como Puertollano, Sevilla o Huelva.

Dos tercios de estas mercancías son líquidos inflamables, sobre todo gasolinas y gasóleos, a los que se suma más de un millón de toneladas de gases licuados. Además, el transporte incluye 77.000 toneladas de materias corrosivas como sosa, ácidos y diversos cloruros, 8.300 de tóxicas, 5.600 de comburentes y casi 4.000 de productos que desprenden gases inflamables si tocan el agua. Por ferrocarril la práctica totalidad de las mercancías peligrosas que circulan son abono a base de nitratos de amonio y cloro.

El Transcaex dedica un apartado específico al transporte de material radiactivo, que mueve al año unas 600 toneladas, siempre por carretera. De el total, 30 toneladas son de polvo de uranio que van del puerto de Cádiz a la localidad salmantina de Juzbado, donde está la Fábrica de Elementos Combustibles, y una cantidad idéntica viaja luego desde ahí a la nuclear de Almaraz.

Asimismo, recorren la región en torno a 537 toneladas de materiales radiactivos u objetos contaminados por la radiación que proceden de Almaraz o de otras nucleares españolas con destino al cementerio nuclear cordobés de El Cabril.