--Ahora se podrán cazar jabalíes y ciervos para reducir sus poblaciones y evitar propagar la enfermedad ¿Cómo se gestionará esa medida?

--No se trata de que el ganadero sea cazador, sino de que si comprueba una serie de daños en su finca y además un problema sanitario, podrá formular la solicitud a la Administración. Lo habitual será que las sociedades locales de cazadores sean las que se hagan cargo de las capturas.

--¿En qué situación está ahora la tuberculosis bovina? Se dice que este ha sido el peor brote.

--Así es. Y en julio del año pasado, antes de crear la mesa de la tuberculosis, la evolución de la enfermedad indicaba que podría terminar el año con una prevalencia del 12,5% --en el 2011 estaba en el 3%-- aunque al final se redujo al 12,23% y a 8.500 animales afectados. Con las medidas que hemos ido tomando, en este primer semestre hemos conseguido bajar ya la prevalencia hasta el 11,5%.

--¿Qué perspectivas hay a corto plazo?

--Esperamos que a finales de año la prevalencia se haya reducido de forma significativa.

--¿Y cuándo se estima que podrá estar bajo control?

--Si entendemos por controlada llegar a una prevalencia significativamente inferior, eso nos va a llevar unos años. Ahora podemos decir que está controlado el ritmo, de ir en una tendencia al alza en la que semana tras semana subían las prevalencias, como veíamos en 2015, a llegar a una tendencia a la baja como ahora. Era frustrante porque se estaba trabajando mucho y parecía que no se hacía nada, pero se estaban eliminando muchos animales enfermos.

--¿Con lo que hay en marcha se podrá llegar a esa situación de prevalencia significativamente inferior?

--No quiero ser imprudente con las previsiones, pero creo que con el esfuerzo en la Administración, entre los ganaderos y la implicación ahora de los cazadores, será posible incrementar el número de explotaciones libres de la enfermedad y reducir la población de la fauna cinegética para minimizar el riesgo de contagio. En un par de años podremos estar en una situación muy diferente.

--Da la impresión de que por primera vez se han puesto de acuerdo ganaderos y cazadores.

--La evolución de las cuatro mesas de la tuberculosis ha sido positiva, de la primera en la que había visiones muy diferentes, a la última en la que mostraron su total disposición a colaborar para controlar la enfermedad.

--¿Entiende el enfado de los ganaderos con este tema?

--La Administración está haciendo un gran esfuerzo para incrementar fondos, medios, personal y actuaciones. Pero hay que reconocer el esfuerzo y la colaboración de los ganaderos, porque son quienes llevan la peor parte.

--¿Y cuando la situación esté controlada?

--No se puede parar. Eso fue lo que se hizo en 2011. Cuando la tuberculosis quedó relegada a áreas de fauna cinegética como Monfragüe, había que haber actuado allí de forma más intensiva. Pero se bajó la guardia, se favoreció el crecimiento de la población cinegética y se acabó llevando la enfermedad al resto de Extremadura.