TEtl aspectismo es la discriminación que sufren personas cuyo físico está alejado de los cánones estéticos de belleza. Viene a ser algo así como una especie de racismo estético, por el que se rechaza a los feos y se les da a los guapos un trato privilegiado. Por desgracia, se produce con bastante frecuencia en nuestra sociedad, sobre todo en ámbitos como el laboral, y es motivo de un tremendo sufrimiento para las personas que lo padecen.

A veces, ese aspectismo, esa forma de discriminación, vira, y perjudica, también, a los guapos, pero, sobre todo, a las guapas. Entonces, la belleza se convierte en un problema. Y, cuando esto ocurre, el sufrimiento no es tampoco menor, porque se obvian o anulan todas las virtudes y méritos de la persona para atribuir las conquistas académicas, laborales o vitales exclusivamente al aspecto físico. Casi siempre, este tipo de casos perjudican a mujeres con una gran preparación y sobradas capacidades, que son, además, atractivas.

Esta semana, ciertos medios de comunicación informaban de que el presidente del Gobierno balear, José Ramón Bauzá , había sustituido a la jefa de la Secretaría de su gabinete, Elvira Bonnail Martín , por una joven de 25 años llamada Victoria Hernández Rodríguez .

La elegida para el desempeño de las labores propias del cargo acreditaba una doble licenciatura en Periodismo y Comunicación Audiovisual, el dominio probado del inglés y el alemán, formación complementaria en diversas áreas y experiencia laboral en varios medios de comunicación de prensa, radio y televisión. Un buen currículum para una joven de tan solo 25 años, ¿verdad? Pues todo ese currículum quedaba oscurecido por un solo detalle: Verónica fue elegida como Miss Baleares en el año 2009.

XESTE HECHOx lograba el imposible de conseguir la práctica unanimidad de medios con líneas editoriales antagónicas a la hora de titular la noticia. Todos ellos coincidían en señalar que Bauzá había elegido a Miss Baleares para ser su secretaria personal, e ilustraban la noticia con la imagen de la joven en bikini.

¿Habrían hecho lo mismo de haberse tratado de un hombre? Claro que no. Desgraciadamente, en este país nuestro, aún quedan reminiscencias de un pensamiento arcaico, casi troglodítico, pero aún presente en la sociedad española, que concibe a la mujer como poco menos que un objeto.

Si pretendían meter el dedo en el ojo al político de turno, podrían haberlo hecho de mil maneras diferentes: criticando el sueldo que va a percibir Verónica por su trabajo, cuestionando el número o la utilidad de los puestos de libre designación... Sin embargo, prefirieron el argumento amarillento, facilón y anacrónico.

Muchos de esos medios, que dicen defender sinceramente la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, se han metido un gol en propia puerta con este asunto. Y, ahora, les va a resultar difícil eliminar de sus páginas el tufillo machista de los titulares de una no noticia que sólo ha contribuido a reproducir un estereotipo falso y denigratorio de la mujer.