TEtl médico, el guardia civil y el maestro. Tres grandes personajes de nuestro pasado. Tres instituciones a las que les teníamos mucho respeto y sobre todo les concedíamos mucha autoridad para ejercer su profesión. Han pasado los años y esa autoridad hacia el maestro ha desaparecido. Y hemos llevado la relación "maestro vs padres" a un "perder vs perder". El no concederles tanta autoridad nos perjudica porque están educando a nuestros hijos. Obviamente también les perjudica a ellos desde el punto de vista profesional. Tienen más difícil la tarea educacional. ¿Cómo establecer una relación "ganar vs ganar"?

Analicemos primero la causa principal. Hace años, los padres, y sobre todo las madres, tenían una formación muy básica y además no estaban integradas en el mercado laboral. El maestro gozaba de una superioridad intelectual que le daba la experiencia y su sabiduría. El escenario ha cambiado. Los padres estamos mucho más formados. Y en la mayoría de los casos esta formación o experiencia o ingresos económicos o estatus es superior a la del maestro. Y esto hace, no nos engañemos, que les concedamos menos autoridad.

Lo primero es el sistema. Los estudios de un maestro deberían tener la misma categoría que los de un médico o un ingeniero o un notario. Sigue siendo una carrera "facilita". Lo segundo es el maestro. Tengo la oportunidad de haber impartido formación a más de 150 maestros y he podido comprobar como muchos de ellos, el resto que pueden ser 1.000 maestros, no acuden a esa formación gratuita que se les proporciona para reciclarse.

Con este panorama, estamos consiguiendo que uno de los profesionales fundamentales para nuestro futuro se acompleje. La solución es sencilla. Más exigencia en su formación. Una carrera con más contenidos pedagógicos y psicológicos. Y además deberían pasar una especie de 'MIR', como los médicos. Mis hijos han tenido maestros que tenían veintidós años.

Y tú, ¿te has planteado realizar un plan de formación para reciclarte?