Se promociona como un viaje a Laponia pero sin tener que desplazarse a Finlandia y ofrece un mundo mágico, repleto del espíritu de la Navidad, con muchas atracciones, elfos y experiencias únicas. Pero la ‘Capital do Natal’ de Lisboa, anunciado como el mayor parque temático de Navidad de Europa, es para muchos de los que ya lo han visitado «un auténtico despropósito navideño» y una «estafa en toda regla». Las instalaciones se inauguraron el pasado 29 de noviembre y desde el primer día no han parado de arreciar las quejas de visitantes, cientos de ellos extremeños, tras comprobar que la realidad dista mucho de las sugerentes imágenes con las que los promotores las publicitan.

Las redes sociales han sido el canal de queja de los visitantes que se han sentido «engañados y estafados» y que tratan de prevenir a otros «para que se ahorren su dinero y tiempo». Eso ha hecho que numerosas agencias de viaje y ayuntamientos cancelen viajes que ya estaban organizados y comiencen a devolver el dinero de las entradas y que muchos particulares traten por todos los medios de que les reintegren el dinero de los tickets que adquirieron a través de plataformas online. Ya se han creado grupos de afectados en Whatsapp, Instagram y Facebook (uno en esta última red social tenía anoche cerca de 1.500 miembros) y se ha iniciado una recogida de firmas en change.org para el cierre del parque (pasadas las 21.30 horas había más de 2.300). En estos grupos, se comparte la experiencia vivida y las formas para reclamar la devolución del dinero de las entradas e incluso indemnizaciones.

Los afectados se quejan de que la organización no atiende las reclamaciones y la acusan de borrar, primero, y bloquear después sus redes sociales para evitar los comentarios negativos. A algunos usuarios que pagaron con Paypal ayer les estaban reingresando el importe de las entradas y en otros casos, las plataformas de venta online y entidades bancarias lo estaban «estudiando».

La entrada de adulto cuesta 24 euros y la de niño 20 (hay un bono familiar de 88 euros para dos adultos y dos menores), a lo que hay que sumar el coste del combustible (desde Badajoz unos 40 euros) y el peaje (35 euros), si se viaja en coche, o del billete de autobús si se utiliza este medio de transporte. Para una familia de cuatro miembros, según los afectados, si se incluye la comida en el parque (las normas indican que no se puede acceder con alimentos a las instalaciones), el desembolso no baja de los 200 euros, una cantidad muy elevada «para lo que te encuentras allí», coinciden quienes ya han visitado la ‘Capital do Natal’.

Una de ellas fue Concha Baños, que viajó desde Badajoz a Lisboa este domingo con sus dos hijos. «Un 20 sobre 10 para el que ha hecho la publicidad, es fantástica, nos ha obnubilado y nos ha hecho pensar que al lado de la torre de Belem había un paraje nevado como en Laponia», aseguraba ayer con ironía. La estampa con la que se encontraron era bien distinta y el primer problema llegó antes de bajarse del coche: «no hay aparcamientos». Cuenta que el parque navideño está en un descampado, rodeado por otros vallados en los que no se puede estacionar. Los que llegan temprano pueden hacerlo en una vía de servicio, pero cuando el sitio se acaba, hay que dejar el vehículo a varios kilómetros (algunos visitantes hablan de entre 4 y 7). El panorama dentro es «decepcionante» para la mayoría. La superficie está cubierta con «césped artificial del malo»; hay fieltro blanco para simular la nieve en barandillas y vallas y porexpan en los árboles. Pese a que se dijo que se traería la nieve de Finlandia, solo la hay en una de las carpas, con esculturas de hielo.

Los visitantes también se quejan de la escasa animación, con un Papá Noel y unos cuantos elfos en todo el recinto; de una pista de patinaje «más pequeña que la de Elvas»; y de que solo hay dos renos sin cornamenta en un cercado que transmiten más pena que otra cosa. En las atracciones se forman grandes colas, pues la oferta se reduce a una noria antigua, toboganes y un tren y la comida es «cara y mala». Pese a todo esto, Concha Baños reconocía que sus hijos «se divirtieron», por eso recomienda a quien tenga las entradas y no las pueda devolver, que vaya, «pero que no se esperen nada de lo que ves en la web».

Del ‘fiasco’ de la ‘Capital do Natal’ también da fe Cristina Trinidad, una cacereña que la visitó junto a su compañero el sábado. Ayer enumeraba los problemas de aparcamiento y desorganización del parque temático de Navidad. «No es lo que han vendido. Es un despropósito total», afirmaba, poniendo un ejemplo muy gráfico: «cualquier centro comercial está más ambientado en esta época». Desde que salieron del parque trataron de advertir a otras personas de que era la «capital de la estafa, no la de natal». Primero a quienes iban a comprar las entradas en taquilla y después a través de las redes sociales. Cristina Trinidad asegura que quieren que le devuelvan su dinero, pero que lo que más le gustaría es que la experiencia que han tenido sirva para «que no vaya nadie».

Este diario trató ayer de contactar con la empresa promotora del parque temático por varios canales, pero no fue posible.