‘Bancobuses’ para evitar la exclusión financiera. Durante su intervención en el pleno de la Asamblea del pasado jueves, la vicepresidenta extremeña y consejera de Hacienda y Administración Pública, Pilar Blanco-Morales, citó esta iniciativa entre las que se está planteando la Junta para evitar que los habitantes de las poblaciones de menor tamaño se queden sin servicios financieros ante la progresiva merma de la red de oficinas bancarias de la región. «Entidades que cuentan con experiencia en otras comunidades autónomas de unidades móviles que realizan ruta han puesto encima de la mesa la posibilidad de prestar su servicio en Extremadura», aseguró la consejera.

Lo cierto es que no hay que viajar fuera de la región para encontrar uno de estos puntos de atención móviles recorriendo las carreteras. Desde hace varios años, EspañaDuero, filial del Grupo Unicaja Banco, opera con uno de estos vehículos en trece localidades cacereñas: Alcántara, Almoharín, Arroyomolinos de Montánchez, Carrascalejo, Casillas de Coria, El Torno, Garciaz, Guijo de Granadilla, La Pesga, Logrosán, Valdastillas, Villanueva de la Sierra y Zorita. Lo hace a través de cinco rutas diferentes, que en total recorren unos 5.000 kilómetros mensuales.

Esta entidad, en la que quedó integrada Caja Duero (que a su vez había absorbido a finales de los ochenta a Caja Rural de Cáceres), cuenta con una importante presencia en la comunidad autónoma, con 52 puntos de atención. Posee siete unidades móviles —las otras seis atienden a municipios castellanoleoneses— que «cuentan con todos los adelantos tecnológicos que permiten a sus usuarios realizar en tiempo real cualquier tipo de operación bancaria, con los mismos servicios que se ofrecen en una oficina convencional», apuntan fuentes de EspañaDuero. «No obstante —se matiza—, los usuarios, en su mayoría personas de edad avanzada, las utilizan sobre todo para realizar reintegros de dinero y actualizar sus libretas».

La filial del Grupo Unicaja Banco no es la única entidad con este tipo de oficinas itinerantes en España. Los once ‘ofibuses’ que componen la flota de Bankia recorren casi 40.000 kilómetros al mes y dan cobertura a 337 pueblos de cinco autonomías (Castilla y León, Comunidad Valenciana, La Rioja, Madrid y Castilla-La Mancha) que en conjunto suman una población de más de 210.000 personas. Cada año se realizan en ellos más de cien mil operaciones, como disponer de efectivo, ingresos o pago de recibos e impuestos. En cualquier caso, desde la entidad se puntualiza que no se tiene previsto lanzar este servicio en la región, ya que su presencia en la comunidad autónoma es limitada (cuentan con nueve oficinas en Extremadura).

Ni desde Liberbank ni desde Ibercaja (donde quedaron integradas Caja Extremadura y Caja Badajoz, respectivamente) se ha precisado a este diario si contemplan la posibilidad de poner en marcha una iniciativa similar, si bien fuentes sindicales de ambos bancos lo consideran poco probable, al menos a corto plazo. «Nosotros no prestamos ese servicio en ningún lado. Y en ningún momento nos han planteado que se vaya a hacer», indica José María Solano, vocal de la directiva de Sibank (antes Csica) en Liberbank. En el medio rural, lo que está haciendo este banco, detalla Solano, es, o bien «cerrar corresponsalías», o bien «convertir las antiguas oficinas en agencias, en las que un autónomo se hace cargo y Liberbank le pone el local y los medios publicitarios. Los dos últimos casos: Alcúescar y Valverde del Fresno», lamenta.

«A nosotros no nos han informado de nada al respecto», subraya Javier Florido, secretario general en Extremadura de UGT en Ibercaja, quien añade también que este es un servicio que tampoco presta el banco en otras comunidades.

Para evitar que los municipios donde se han cerrado oficinas a causa del ERE presentado el pasado año pierdan o se queden sin servicios financieros, este sindicato planteó recientemente a la dirección territorial del banco que se creen ‘equipos volantes’ dedicados en exclusiva a atender a los clientes en estas poblaciones. Estos equipos, arguye Florido, también eliminarían la sobrecarga de trabajo que supone para los empleados de otras sucursales tener que desplazarse varios días a la semana hasta algunas de estas localidades, y permitirían «cubrir bajas y vacaciones de la exigua plantilla que nos ha quedado en la provincia tras el ERE».