Los Reyes hicieron de todo un poco en su visita a Zarza de Granadilla. Jugaron con plastilina, aprendieron el uso del Linex, escucharon a Bach en el aula de Música, conocieron los inventos de los alumnos de Tecnología... y consolaron a los heridos. Como el caso del pequeño Alberto, que lloraba desesperado porque un compañero le había "metido el palo de la bandera en un ojo". Total, que después de esperar toda la mañana agitando banderitas de España junto a sus compañeros de clase no pudo ver bien a los Reyes por culpa del ojo malo.

Y es que los que más ansia tenían por ver a los monarcas eran los pequeños, porque querían pedirle "a Juan Carlos y Sofía que miren por si pueden poner un parque de atracciones en el pueblo" y si no es posible, "pues una noria", y por si todo eso fuera complicado, "nos conformamos con que consigan que nos den más de recreo".

Pero no sólo pidieron, también regalaron. Alicia y Carolina, dos pequeñas de cuatro años, "en representación de todos los alumnos extremeños", le entregaron a doña Sofía un paquete envuelto con bolígrafos y sacapuntas para sus nietos. Ayer en Zarza todos vivieron un día histórico, aunque Alberto fue el único que no pudo verlo bien.