Hace apenas cinco años los biocarburantes se perfilaban como una gran solución a los problemas de contaminación atmosférica y dependencia del petróleo. No en vano, el uso de gasolinas y gasóleos en el trasporte por carretera es responsable del 30% de las emisiones de CO2 en España; y la elaboración de carburantes es el principal cometido de la extracción de petróleo en todo el mundo. Pero hoy, la gran alternativa a este problema, el llamado biodiésel, no termina de calar, al menos dentro de la sociedad extremeña.

Lo evidencia la demanda de este tipo de combustibles. En la región, apenas una veintena de gasolineras tienen surtidor específico de biodiésel y muchas de las que apostaron inicialmente por este tipo de carburante --más respetuoso con el medio ambiente-- "han dejado de suministrarlo", advierte Casto Bravo, presidente de la Asociación Regional de Estaciones de Servicio.

En realidad, todas las gasolineras proporcionan biodiésel. Según la normativa española, el gasóleo convencional debe estar mezclado con entre un 4 y un 5% de biocarburante. Y el objetivo es que, en los próximos años, se alcance el 7%.

Frente a ello, hay estaciones de servicio que ofrecen gasóleo con mayor proporción de compuesto de origen vegetal. En Valdetorres, por ejemplo, se puede repostar un combustible elaborado al 50% con derivados del petróleo y de sustancias extraídas de plantas como la colza o la soja. Pero estos puntos de suministro son escasos. "Nosotros tenemos 12 estaciones de servicio donde lo suministramos", explica Lorenzo Florencio, gerente de la red de gasolineras independientes Iberdoex. El aporta otro dato, en los dos últimos años la demanda de "combustible verde" ha caído entre un 20 y un 25% en la región.

¿Por qué? Los motivos son varios. "Ha faltado información", considera Casto Bravo, que cree que no se ha sabido trasmitir a la sociedad las ventajas del biodiésel frente a las gasolinas habituales. Virtudes como la reducción de hasta un 70% de las emisiones de CO2, la mayor y mejor lubricación del motor o su precio más bajo. Aunque, paradójicamente, esta última, también aparece como causa probable de su escaso calado entre los usuarios: "El ahorro al final ha sido mínimo, apenas un céntimo por cada litro", asegura Lorenzo Florencio. Así, por ejemplo, la estación de servicio de MCH OIL en Mérida vende el biodiésel a 1,084 euros el litro, mientras que comercializa el diesel convencional a 1,099.

PRESIONES PETROLERAS Pero hay más explicaciones. Entre ellas, las reticencias de algunas marcas de coches, que advierten a los propietarios del vehículo de que no garantizan la reparación de posibles averías por el uso de biocarburantes. "Eso ha echado para atrás a muchos conductores", dicen en el sector. Y hay quien ve la presión de las petroleras detrás de estas reservas mostradas por los fabricantes. "Las grandes compañías de combustibles no han hecho nada por impulsar esto. Es más, casi ninguna suministra biocombustible", subraya el presidente de la asociación regional de gasolineras. "El biodiésel les quita mercado, es una alternativa seria a su negocio, a la producción de combustibles derivados del petróleo", explica su compañero de Iberdoex. De las 15 estaciones de servicio extremeñas que, según el Ministerio de Industria, ofrecen surtidor de biodiésel, solo una pertenece a una gran compañía, la de GALP en El Batán. Lorenzo Florencio además echa en falta una normativa que unifique la calidad de estos combustibles.

Tampoco la producción ha terminado de cuajar. En Extremadura hay dos grandes plantas de producción de biodiésel, una de Green Fuel en Los Santos de Maimona (sin funcionar) y otra de Bioenergética Extremeña en Valdetorres (ya operando). Pablo Guerrero, director de compras de esta última, asegura que la producción en España está desincentivada por las insuficientes condiciones arancelarias e impositivas exigidas al biodiésel foráneo, que tiene unos costes de producción más bajos: "Estamos sobreviviendo, porque no somos atractivos con estas condiciones de regulación. Nosotros para comercializar en Portugal tenemos que pagar impuestos especiales, pero los productores extranjeros no los tienen que pagar aquí".