Valencia de Alcántara, Zalamea de la Serena, Belbís de Monroy o Calera de León albergan algunos de los muchos «tesoros ocultos» de Extremadura. Todas ellas tienen en común la existencia de lugares o puntos de interés poco conocidos para el turismo, pero de gran valor histórico y cultural. Lugares que la Dirección General de Turismo quiere potenciar con una nueva ruta denominada ‘Tesoros Ocultos de Extremadura’.

Inicialmente, el catálogo Tesoros Ocultos de Extremadura recoge 16 nuevos microdestinos de interés en los que se muestra «una historia en la que ha sido un pilar fundamental la convivencia del pasado y del futuro de la región», según explica el director general de Turismo, Francisco Martín.

La primera edición de esta ruta, de la que se han editado 15.000 ejemplares para repartir en oficinas de turismo y ferias sectoriales, recoge diversas maravillas culturales extremeñas como el conjunto dolménico de Valencia de Alcántara, formado por 41 dólmenes del IV y III milenio antes de Cristo que se encuentran en perfecto estado de conservación y pueden visitarse a través de rutas señalizadas.

Asimismo, se incluye el yacimiento arqueológico de Cancho Roano en Zalamea de La Serena, un palacio-santuario tartésico construido en adobe que data del siglo V antes de Cristo, formado por un edificio principal con 11 estancias, un gran patio y un pozo.

Otro de los monumentos de esta nueva ruta es la Basílica de Santa Lucía del Trampal en Alcuéscar, considerada joya visigoda al ser la única iglesia de este estilo que se conserva en la Península Ibérica. Construida en torno al segundo tercio del siglo VII, formó parte de un convento de monjes templarios.

El Monasterio de Tentudía, en Calera de León, se ofrece también como una visita «imprescindible» para conocer las huellas de la Orden de Santiago, ya que fue sede de esta orden militar. En él destacan la belleza de su retablo, obra de Pisano; la imagen de la Virgen de Tentudía, que data del siglo XVIII, y el claustro de estilo mudéjar de principios del siglo XVI. A su vez, en el exterior se puede disfrutar de unas «magníficas vistas» de la dehesa y las sierras del sur de Badajoz.

El Castillo de Belvís de Monroy, declarado patrimonio histórico español, es otro de los «tesoros ocultos» de esta ruta, así como la Ermita del Ara, en Fuente del Arco, conocida como la Capilla Sixtina de Extremadura y una de las construcciones más simbólicas del mudéjar bajo extremeño.