Los meses de verano pueden ser un alivio para aquellos que buscan trabajo. La hostelería, la industria y la banca son los sectores que más empleo ofertan, aunque con la crisis, las posibilidades de ocupación se han visto reducidas con respecto a años anteriores. Por eso, la siderometalurgia y la hortofruticultura, aunque tienen menor demanda, se postulan como posibles alternativas.

Jose Luis, un joven catalán de 22 años, trabaja desde mayo en el bar Quiosco de la Música de Cáceres. En verano, con la terraza, se necesitan camareros y él no dudó en presentar su curriculo. Trabajaba como pintor en Gerona, pero ante la crisis, no le quedó más remedio que abandonar su vocación y también su ciudad. "Mi hermano vivía en Cáceres y me comentó que había más posibilidades laborales que en mi región y que aquí la vida era más económica".

Desde que comenzó su aventura de encontrar trabajo en la región, no puso ningún tipo de exigencia: "Primero comencé en una oficina de marketing y publicidad, pero lo terminé dejando porque ganaba muy poco. Después, me surgió lo de camarero". Ahora asegura que "en Cáceres estoy encantado, pero espero volver a trabajar de pintor, que es a lo que de verdad me dedico".

La piscina como solución

El trabajo de socorrista también se presenta como una buena alternativa para aquellos que quieren ganar un dinero en verano. Este puesto no se ha visto afectado por la crisis, ya que se contratan a los mismos todos los años. Jorge, que ejerce en la piscina del Hotel Extremadura de Cáceres, es un joven que oposita para ser bombero. Mientras estudia le viene bien una paga extra para sus gastos. "Tanto yo como mis amigos no hemos tenido ningún problema para encontrar este puesto de trabajo a través de contactos o del ayuntamiento. Aunque hay más ofertas en los pueblos que en la capital". Además, por las noches, trabaja como portero de una discoteca. El se considera afortunado en comparación con aquellos jóvenes que no encuentran salidas laborales.

Por otro lado, otra opción de trabajo surge del Fondo Estatal de Inversión Local. Así, las obras de la plaza de Santa Clara, en Cáceres, han salvado del paro a cuatro obreros. Gracias al Plan E, que puso en marcha el Gobierno central, tienen trabajo asegurado hasta Navidad. "Nadie sabe qué será de nosotros después, pero por lo menos ahora tenemos para comer. Son pequeñas ayudas, sólo sirven para tapar agujeros, pero algo es algo", dice uno de ellos.

Con las 93 plazas que ha ofertado el ayuntamiento y con la obligación de coger a tres obreros mínimo por obra, muchos han sido los que han salido de las oficinas de empleo. "Es una buena solución, aunque la mejor sería que nos tocara la lotería", comentan entre risas mientras trabajan bajo el sol.

Como se acordó, las obras comenzaron el 1 de junio. Cuando les llamaron para trabajar, no se lo creían. Ahora, saben que no era un sueño. Aunque aseguran que la crisis no les ha afectado gravemente, reconocen que han vivido unos meses de verdadera angustia.