Al igual que Medellín, Cáparra, a la altura de Oliva de Plasencia en la actualidad, formó parte del entramado de comunicaciones entre Augusta Emerita (Mérida) y Artúrica Augusta (Astorga) en el siglo primero. Según apuntan los estudiosos, la villa estaba amurallada y tenía tres puertas de acceso. Entre los restos que se han descubierto se han encontrado tres necrópolis, el foro, el anfiteatro y las termas. En el centro erige un arco, símbolo que aún conserva la ciudad. Aunque más del 90% del yacimiento se encuentra bajo tierra, la villa ya se ha sometido a varias actuaciones de recuperación. Entre ellas, en 2014 y 2015, que fueron destinadas a cubrir las zonas destinadas al baño, a la limpieza del complejo termal y a reparar las zonas de la puerta suroeste. La intervención más reciente fue anunciada por la Junta en abril, comprende más de 500.000 euros, y entre las acciones se encuentran la rehabilitación del anfiteatro romano.