Los jóvenes cada vez salen más tarde de casa. Casi la mitad de los extremeños que tienen entre 25 y 34 años continúa viviendo con sus padres en el hogar de toda la vida y los que se quedan cada vez tienen más difícil independizarse. Esta es la principal conclusión del último estudio del Observatorio del Consejo de la Juventud de España, que afirma que los jóvenes extremeños son los que menos han logrado abandonar sus respectivos hogares respecto al conjunto de españoles. No obstante, esta tendencia se aprecia a aquellos que no superan los 30 años, mientras que los que tienen entre 30 y 34 registran una tasa de emancipación superior a la media.

En concreto, 87.200 jóvenes han conseguido construir su propio techo, de un total de 147.500 extremeños que se encuentran en esa franja de edad (de 25 a 34), es decir, un 58%. La cifra de emancipados ha bajado casi un 10% respecto a un año antes. El dato es mucho peor si se incluyen las estadísticas de los jóvenes de 16 a 24 años. En el cómputo total (de 16 a 34 años), solo el 35% vive independiente, esto es 91.000 extremeños de un total de 257.000. Todo ello mientras el estudio pone de manifiesto que "en la actualidad un hogar compuesto por menores de 30 años podría acceder a la compra o al alquiler de vivienda sin riesgo a sobreendeudarse, pese a que el nivel de ingresos de los jóvenes en Extremadura es de los más reducidos de España".

No obstante, el mercado laboral no alienta a emanciparse. Es el principal escollo. La región sigue registrando una de las mayores tasas de paro del país entre la población de entre 16 y 29 años. "La consolidación del empleo de los y las jóvenes de menos de 30 años es menos significativa en Extremadura que en el resto de España". Además, la comunidad tiene la tasa de temporalidad entre los jóvenes más alta de España. En el segundo trimestre del 2013 --fecha del último estudio del Consejo de la Juventud--, el 40,4% de los contratos temporales a menores de 30 años fueron de menos de doce meses de duración. Y hay más: el 59,3% de estos trabajadores temporales están sobrecualificados, es decir, tienen más titulación de la necesaria para el empleo que desempeñan. Otra demoledora conclusión de esta radiografía que el Consejo de la Juventud hace cada trimestre.

Con esta situación no resulta extraño que los jóvenes no quieran abandonar el hogar familiar. Muchos no pueden ahora y las expectativas de poder lograrlo a corto y medio plazo son escasas.

Así, el paro juvenil, la precariedad laboral, los bajos ingresos (el 44% de la población juvenil no recibe ningún salario) y la constante disminución de la población juvenil (que ha descendido casi un 3% en solo un año) son algunas de las razones que argumentan la involución que impide que casi la mitad de los extremeños de 25 a 34 años siguen viviendo con sus padres porque no pueden acceder a una vivienda a pesar de que el precio medio sigue decreciendo y Extremadura continúa siendo la región con el coste tanto de vivienda libre como de alquiler más bajo de España. El precio medio de un piso libre está en 86.000 euros, el más barato del país. Para pagar una hipoteca de este tipo, una persona asalariada tendría que destinar el 30% de su sueldo, un tope que algunos expertos consideran tolerable para luchar por la independencia.

"El mercado inmobiliario de Extremadura presenta las condiciones menos restrictivas de acceso a una vivienda en propiedad y alquiler, pese a que su nivel de ingresos es de los más reducidos de España", concluye el estudio. Sin embargo, el recrudecimiento de la inestabilidad y la precariedad laboral retiene a muchos jóvenes aún al calor del hogar familiar.