Más de un centenar de vecinos de Plasenzuela --según la Guardia Civil-- se concentraron ayer por la tarde en la plaza de la Iglesia de la localidad para manifestar públicamente su rechazo a la llegada de una veintena de jóvenes tutelados por la Junta de Extremadura y con problemas de conducta que se instalarán en el albergue municipal para desarrollar un programa social y educativo temporal. Es la primera vez que los lugareños se reúnen para protestar contra una iniciativa que creen que alterará la tranquilidad habitual de esta localidad de Cáceres, de poco más de 500 habitantes. "Tenemos miedo porque aquí no hay guardias civiles y estos menores son conflictivos y traerán problemas".

Los vecinos reunidos por iniciativa propia, bajo el amparo de la asociación de mujeres y la ampa, con pancartas, silbatos, cencerros y cubos, se mostraron "enfadados" e "indignados" ante la inminente llegada de estos jóvenes "que sufren graves transtornos de conducta aunque nos quieran decir que son unos santos", denuncia M Jesús García, la vecina que dio lectura a un manifiesto durante la concentración.

Critican además que lo que se va a hacer en el pueblo no es desarrollar un programa social y educativo como asegura la asociación Anagénesis encargada de la rehabilitación de jóvenes con problemas de conducta en la región --situaciones de exclusión social, casos de fracaso escolar o inadaptación familiar--, sino "un centro de menores" que además no goza del consentimiento "ni de los vecinos ni de su ayuntamiento". "Aquí no hemos recibido información formal sobre este proyecto pese a solicitarla, es más, desde la dirección general de Infancia y Familia --encargada de financiar el programa-- nos han dicho que se desentendían del tema", explica el alcalde de Plasenzuela, Adrián González. La falta de información sobre esta iniciativa es otro de sus argumentos para la oposición.

La concentración de ayer se suma a la recogida de firmas anterior en la que han participado el 80% de los vecinos del pueblo, según el alcalde. Pese a estas acciones parece que poco más pueden hacer puesto que la familia Casero Martín que explota actualmente el lugar escogido para el acogimiento de estos jóvenes de entre 14 y 18 años, el albergue municipal La Jarilla, cedido como pago de unas deudas que el consistorio no podía asumir, ya ha firmado un contrato de arrendamiento con Anagénesis.

Por ahí viene otra de las quejas de los vecinos. "Se está enriqueciendo a costa de estos menores y de nuestra tranquilidad y seguridad", critican al tiempo que recuerdan que el contrato de cesión del recinto municipal es para uso de ocio y hotelería "y no de centro de menores ni de hotel". Bajo esta premisa el alcalde anunció ayer que el consistorio va a demandar a esta familia porque no tiene contrato para desarrollar otra actividad que no sea ocio y hostelería. "Es la única opción que tenemos".

"YA HEMOS FIRMADO" Por su parte, Toño Casero, miembro de la familia Casero-Martín, propietaria de un hotel en la localidad, que contemplaba con cierta distancia ayer la protesta, aseguró a este diario que "nos parece bien que se manifiesten los vecinos pero nosotros tenemos los derechos de explotación de ese albergue y haremos lo que creamos oportuno y ahora es seguir adelante con este proyecto, como bien dicen, cobrando", explicó. Para ello, el albergue está siendo acondicionado. "Estamos de obras instalando aires acondicionados y adecentándolo para entrar a vivir", ignora cuándo será eso.

Ante la falta de información y las quejas por una actividad que consideran lucrativa, los plasenzuelanos aseguran que el principal argumento para su oposición es la seguridad pese a que Anagénesis insista en que estos jóvenes "no son delincuentes". "Este pueblo tiene miedo. Ya no podré dejar a mi nieta que vaya sola por la calle", dice un vecino, Juan Solís. "En Madrid el Defensor denunció centros como el que quieren traer aquí, sin legislación y que solo traerá problemas, porque estos chicos se escaparán", critica M Jesús García.