En la histórica semana en la que Benedicto XVI hacía efectiva su renuncia como Papa y en la que, salvando las distancias, se desvelaba la más que posible marcha de Miguel Celdrán del Ayuntamiento de Badajoz (los periodistas le echaremos mucho de menos) Extremadura celebraba otra fecha histórica. Se cumplían 30 años de la aprobación en el Congreso de los Diputados del Estatuto de Autonomía, una noticia que por cierto, pasó entonces prácticamente desapercibida en la región, y no es de extrañar: ese día los diputados aprobaron de una tacada 4 estatutos, los de Extremadura, Madrid, Castilla y León y Baleares, y sólo 303 de los 350 parlamentarios estuvieron presentes en la sesión.

Desde mucho antes de esa fecha Extremadura ocupaba, casi como una maldición, los últimos lugares en todas las estadísticas. Pues esta semana, a modo de celebración, nos encontrábamos liderando una lista, la de comunidades que han cumplido el objetivo de déficit. A falta de datos definitivos y de que Montoro y Fernández se pongan de acuerdo en la cifra final (oscila entre el 0,69% del ministerio y el 0,97 de la Junta), somos la comunidad que con menos déficit cerró el 2012.

El gobierno regional habla de "esfuerzo heroico" y se felicita por el dato, "que nos sitúa en mejor situación este año", y el PSOE le critica por haber dejado de gastar 140 millones de euros y haber empeorado con ello la situación de los ciudadanos. Llegados a este punto, ambos parecen obviar algo importante: el Ejecutivo ha cuadrado las cuentas gracias a contabilizar como ingresos 100 de los 240 millones de la sentencia del impuesto sobre depósitos bancarios que creó Rodríguez Ibarra , que suponen poco más del 0,50% del PIB.

XES DECIR,x que sin la "lotería" del impuesto bancario nuestro déficit rondaría ahora el 1,5%, si cogemos los datos del consejero, o el 1,25% si cogemos los del ministro. Así que el gobierno extremeño no iba tan holgado hasta que el 22 de noviembre conoció la sentencia del Constitucional, por lo que difícilmente podría haber atendido la petición de los socialistas de incrementar el gasto sin correr el riesgo de incumplir el objetivo.

Ahora, conocidos los datos, la Junta reclama una compensación, que bien podría llegar con una mejora en la financiación, que ha sido, por otra parte, otro de los temas de la semana. De hecho, el presidente Monago ha pedido un nuevo modelo de financiación autonómica, recuperando una idea que pareció dejar en standby en octubre, ante la última Conferencia de Presidentes, cuando dijo aquello de que "repartirse las ropas cuando no hay ni ropas es un triste ejercicio". Veremos si le hacen caso en eso, con un gobierno central reacio a abrir ese melón, y también en la Deuda Histórica, en la que el ejecutivo central sí ha dado ya adelantos.

Y es que ese mismo día, a pocos metros de la sala en la que el presidente presentaba un libro de financiación autonómica, los diputados de la Comisión de estudio de la Deuda Histórica, ésa que debe cuantificar lo que debería llevar 5 meses cuantificado, se sobresaltaron con una cifra: 14.276 millones de euros. Es el "déficit de capital público" que tiene Extremadura con respecto al resto de España, según un estudio elaborado en 2006 por dos profesores de la Unex.

Una cifra que puede ser real, pero que desde luego no es realista, y de hecho los tres grupos coincidieron en que lo que finalmente llegue de Madrid será muchísimo menos. Es más, uno de los miembros de la comisión llegó a decir fuera ya de sala que "ojalá lleguemos a 500 millones de euros", y otra ironizó dentro sobre la cuantía y reivindicó un poco más de los 14.276 "en concepto de daño moral".

Y si esas son las cifras, las letras de la semana son sin duda las de la fractura entre el PSOE y el PSC, en la que el extremeño Fernández Vara ha adquirido notable protagonismo. Consciente ahora de que la deriva soberanista de los socialistas catalanes afecta negativamente a los del resto del país, ha propuesto que el PSOE se presente en Cataluña "con sus 4 letras".

Pero el de Olivenza ha sido además noticia por otro motivo no menos polémico: las llamadas que le hizo, cuando aún era presidente, el duque de Palma, Iñaki Urdangarin , para "interesarse" por un proyecto termosolar que no había recibido autorización de la Junta. Le han llovido palos del PP, que le reclama más información, y también por parte de Rodríguez Ibarra , que le critica "por hacer leña del árbol caído". Lo cierto es que, acertado o no, oportunista o no, Fernández Vara ha revelado varias cosa importantes: que Urdangarin ha intentado más "negocios" de los que constan en los sumarios judiciales, y que en los momentos que corren no todos los políticos son iguales y no todos le dijeron "sí, bwana" al duque de Palma por muy duque y muy de Palma que fuera.

Y por si faltaba alguien por aparecer en Extremadura, conocimos por este diario que Luis Bárcenas , el famoso extesorero del PP, pasó unos años de su juventud en Badajoz. Y que sus excompañeros de principios de los 70 le recuerdan porque "se comía el chocolate de los demás cuando íbamos al monte". Apuntaba maneras.