Las bajas temperaturas de un invierno que ha llegado tardío y un calor que no acaba de llegar están provocando un retraso de unos quince días en la campaña de recogida de fruta en Extremadura. A eso se le unen las fuertes tormentas de agua y granizo que está sufriendo la región en las últimas semanas, lo que ha provocado que la fruta no acabe de cuajar en el árbol y los agricultores no puedan recogerla.