El marido de Manuela fue albañil toda su vida. Murió hace 18 años y su situación le permitió acceder a una pensión el resto de sus días. Apenas son 600 euros que le permiten vivir "tristemente". "Con pagar la comunidad, unos albañiles del bloque ahora, la luz y poco más ya tengo que ir con mucho cuidado", lamenta. Reconoce que con unos precios cada vez más caros, "hay días que no sabes ni qué cenar". Tiene tres hijos, aunque uno falleció recientemente, y más que ayudarles a ellos, "casi me tienen que ayudar a mí".

Manuela es consciente de la realidad que se presenta: "cada vez hay más mayores y menos gente trabajando, algo habrá que hacer, pero que no sea a nuestra costa, que los pensionistas como yo ya tenemos una vida mala como para que nos la compliquen más", relata. Por ello considera que la subida mínima del 0,25% que contempla la reforma de las pensiones para el próximo año es injusta. En su caso se traduciría en poco más de 1,5 euros más al mes. "Para eso que no suban nada". Manuela acude cada diez días a la farmacia a por las medicinas que necesita. "No puedo llevarme todas a la vez porque no las puedo pagar".