Ha sido el euro, la pela, y no el despertar cultural o la curiosidad intelectual, el motor que ha hecho girar a Extremadura hacia Portugal. "Al menos lingüísticamente --sostiene Ramón Pérez--; porque abre muchas puertas y oportunidades laborales". "Y porque hemos vivido mucho tiempo de espaldas y es el momento de darnos la vuelta y entendernos", profundiza José Soto. Los dos son profesores de la Universidad de Extremadura (Uex) y juntos han organizado el curso de verano que se inauguró ayer en Cáceres con el objetivo de analizar cómo se enseña portugués en la comunidad autónoma y cómo se aprender castellano al otro lado de La Raya, en las regiones lusas de Alentejo y Centro.

La demanda de portugués en Extremadura está en ebullición. Escuelas Oficiales de Idiomas, Uex, universidades populares, ayuntamientos y organizaciones empresariales se ven desbordados cada vez que ofertan un curso. Y "muchos colegios e institutos están optando por secciones bilingües o colocar el portugués como segunda lengua extranjera", añade María Luisa Mateo-Sasieta, coordinadora de Idiomas de la Junta.

Este fenómeno ha tenido su réplica del lado portugués. Según Ricardo Mira, de la Universidad de Evora, "en nuestro país el número de estudiantes de español se ha cuadriplicado en los últimos cuatro o cinco años".

Sin embargo, este interés por aprender el idioma vecino se topa ahora con un gran obstáculo: la crisis. "Ante tanta demanda, es necesario más profesorado. Y con los recortes económicos es difícil costear la formación y el trabajo de los docentes necesarios. Se está notando y puede ser un freno a la difusión del portugués en la región", advierte José Soto. En Portugal, por su parte, les está costando encontrar profesores de español titulados y "el aumento de alumnos se ha contenido", indica Mira. Y "aquí, en Extremadura, habrá que ver cuál es la apuesta de la nueva Junta sobre esta materia", avisa Mateo-Sasieta.