La Unión Extremadura informó ayer que el frío y la humedad que tuvieron lugar, principalmente, el 30 y 31 de marzo, «y que aún persisten, están ocasionando un problema sanitario en las producciones de cerezas de todo el norte de la región», según señalaron los responsables. Se prevén unas pérdidas de más de cuatro millones de kilos de cerezas.

Para La Unión Extremadura, «cuando se junta estos efectos climáticos, los cerezos son atacados por la monilia, una enfermedad que es de muy difícil control si las condiciones climáticas no cambian, ya que los tratamientos preventivos y curativos no son efectivos con estas adversidadesclimáticas». Estos efectos se empezaron a notar «a partir del 6 y 7 de abril» y ya ha provocado daños «a más del 10% de la superficie de cerezos del Valle del Jerte y de La Vera, alrededor de las 800 hectáreas», explicaron desde La Unión Extremadura.

Este problema provoca que el árbol queda debilitado, las secuelas se notan en campañas siguientes y se pierde la cosecha de esta campaña. Además, «debido a la falta de coberturas del seguro agrario, estas plantaciones, en su mayoría, no están aseguradas y al ser consideradas una enfermedad por Agroseguro, los daños que se producen no son indemnizables», sentenciaron desde La Unión Extremadura.

Por ello, desde La Unión Extremadura y la Asociación del Valle del Jerte y Comarcas Vecinas han remitido un escrito a la Consejería de Agricultura «para que los técnicos se personen, valoren los daños producidos y estudiar incorporar esta circunstancia en el seguro de la cereza de Cáceres, que se tendrá que negociar para que sea atractivo para los productores», aseguraron desde La Unión Extremadura.