Los depósitos bancarios de las familias y empresas extremeñas siguen moviéndose en sus niveles máximos. El 2017 acabó con 17.713 millones de euros en cuentas a la vista e imposiciones a plazo. Esta cifra no es solo la mayor de toda la serie estadística contabilizada por el Banco de España para la región, sino que supone que en apenas un trimestre el volumen se incrementó prácticamente en quinientos millones de euros respecto a la cifra con la que se acabó septiembre (17.214 millones de euros), rozando así el 3% de incremento. El anterior máximo era del diciembre del 2016, con 17.431 millones de euros.

Por contra, el saldo vivo de los créditos concedidos a empresas y familias en la comunidad autónoma sigue moviéndose en mínimos, tras cerrar el año en 14.605 millones de euros. Desde septiembre del 2005 solo se habían registrado dos valores más bajos que este, los de marzo y diciembre del año pasado, con 15.582 millones de euros

No obstante, el fuerte proceso de ajuste de deuda iniciado con el estallido de la crisis económica puede estar tocando a su fin. «El estancamiento del saldo vivo de los préstamos de los bancos en estos momentos es coherente con el elevado dinamismo del nuevo crédito, imprescindible para explicar el fuerte crecimiento de la economía española», explicaba recientemente el portavoz de la patronal bancaria española AEB, José Luis Martínez Campuzano, para quien «los niveles relativos de deuda de empresas y familias ya son similares a los que podemos ver en Europa». La mejora de las perspectivas económicas y de las condiciones de financiación ofrecidas por los bancos «sin duda favorecen la expectativa de un próximo aumento del saldo vivo de préstamo», pronóstico Martínez Campuzano. En especial, dijo, del hipotecario, «dada la mayor importancia de la vivienda en propiedad para las familias españolas frente al resto de los principales países de la zona euro».

Lo que también continuó en mínimos históricos en el 2017 fue la rentabilidad que ofreció la banca por las nuevas operaciones de depósito. Un euríbor que lleva más de dos años en negativo o los pocos incentivos que las entidades tienen para hacer estos productos más competitivos —precisamente, por su elevada demanda, pero también por el cada vez menor número de entidades financieras que hay en el mercado— son factores que contribuyen a que esta rentabilidad se mantenga en unos niveles muy exiguos.

La evolución fue, no obstante, desigual en función de los tipos de productos y de clientes. Así, en el caso de las familias, siguió bajando la retribución ofrecida por las entidades tanto en las cuentas a la vista, del 0,06% al 0,04% entre 2016 y 2017, como en el conjunto de los plazos fijos, que en media ponderada cayeron del 0,11% al 0,08%. Solo hubo una excepción: la de los depósitos a más de dos años, que promediaron un 0,08% de interés, frente al 0,07% del 2016 y que en el arranque de este 2018 han continuado al alza (en marzo la media era del 0,17%). En cambio, en el caso de las empresas, se experimentó una subida, la primera en más de un lustro, en el tipo medio de los depósitos a plazo, que mejoró de un 0,13% a un 0,16%.

Por otro lado, más de tres cuartas partes (un 77%) del dinero que las familias y empresas extremeñas tienen ahorrado en depósitos está en cuentas a la vista, que no han dejado de ganar terreno en los últimos años, frente a 3.994 millones de euros en productos a plazo. Poco más de tres años antes, estos últimos suponían más del doble. En este contexto de bajas rentabilidades, las cuentas a la vista ofrecen al menos una ventaja: la de su mayor liquidez.