Las precipitaciones registradas en los últimos días se han dejado notar en los caudales de los ríos y obligaron ayer por la mañana a la empresa Iberdrola a abrir las compuertas del embalse de Alcántara, con el fin de desaguar y regular las avenidas que concentran los ríos Tajo y Alagón.

El agua almacenada en este embalse se sitúa en el 97% de la capacidad máxima, siete puntos por encima de lo que registraba en la misma fecha del 2015, cuando se encontraba al 90%. El caudal máximo registrado hasta el viernes 13 de mayo en la central hidroeléctrica alcanzaba los 1.350 metros cúbicos por segundo, mientras que el caudal medio desembalsado no ha superado los 800 metros cúbicos. Este tipo de operaciones son habituales ante intensas lluvias y se practican para aliviar las aportaciones de las cuencas de cabecera, siempre se llevan a cabo en coordinación con la Confederación Hidrográfica del Tajo.

2013 Y 2014 La última vez que Iberdrola abrió estos aliviaderos fue en febrero de 2014. La presa desembalsó durante varios días, al igual que otros ocho pantanos de las dos cuencas extremeñas para aliviar la situación de los de mayor envergadura. En el año 2013, fue un mes de marzo de intensas precipitaciones el que obligó también a abrir compuertas para reducir el nivel del embalse cacereño. Entonces se abrían los aliviaderos por primera vez en tres años después de acumular meses con precipitaciones muy escasas.

El embalse de Alcántara (3.160 hectómetros cúbicos) es el segundo más grande de España tras el de La Serena (3.219 hectómetros cúbicos), situado en la provincia de Badajoz. En el embalse cacereño opera la central José María de Oriol, de Iberdrola. Con una potencia instalada de 916 megavatios y es una de las más grandes de España y de las más emblemáticas de la compañía eléctrica. Su capacidad supone aproximadamente el doble de la potencia eléctrica que suministra la compañía en esta comunidad autónoma en momentos de alto consumo.