Más industria transformadora y apoyo a las cooperativas, los pequeños agricultores y el empleo. Son las recetas de Diego Cañamero para mejorar el sector agrario. Conocido líder sindical del campo andaluz y diputado de Unidos Podemos por Jaén, se define como «el primer jornalero con escaño». Ayer visitó Extremadura para dar a conocer su propuesta de reforma del subsidio agrario.

-¿En qué consiste su propuesta para el subsidio agrario?

-Planteamos reducir el subsidio y la renta agraria a un solo sistema. Dignificarlo para que la gente no tenga que humillarse pidiendo jornadas al empresario o a los alcaldes de turno y que al mismo tiempo las arcas del Estado reciban el dinero que se está perdiendo porque no se declaran todas las peonadas. Proponemos desvincular las jornadas del subsidio y medidas para incentivar el trabajo y que la Seguridad Social pueda ingresar millones más. ¿Cómo? Incentivando que cada 10 jornales se aplique un aumento de subsidio: de 0 a 9 no haría falta, se podría cobrar el 75% del salario mínimo. Pero a partir de 10 estarían compensadas con el 1,5% del salario mínimo. Así todas las peonadas se iban a declarar y al mismo tiempo, el que no pueda conseguirlas tiene garantizados sus 426 euros.

-¿Cree que contará con los apoyos para sacarla adelante?

-Ningún alcalde en el medio rural, ni del PSOE ni del PP, puede estar en contra. Y lo dice una persona que ha sido alcalde 10 años, porque yo también he tenido que soportar esa presión de los trabajadores pidiéndote que hagas lo posible por meterles en el PER o buscar un empresario que se las firme cuando les faltan peonadas. No planteamos una alternativa ni de izquierdas ni de derechas, sino de sentido común y hablaremos con todos los partidos para llegar a un acuerdo.

-¿Cómo ve el sector agrario extremeño?

-Hace falta que la industria de transformación esté en nuestros territorios y hace falta que la Política Agraria Comunitaria (PAC) se oriente a la creación de empleo, al pequeño agricultor. Hay que limitar por arriba. No puede ser, por ejemplo en Andalucía, que 8 o 10 terratenientes se lleven 42 millones de euros cada año solo por tener la tierra. Las subvenciones tendrían que tener un carácter finalista, ir a algo que le venga bien a la sociedad, no al bolsillo de unos pocos. Y los gobiernos pueden hacerlo, tienen la posibilidad de destinar el 30% de las ayudas directas a los pequeños agricultores, a políticas sociales o al empleo, pero no quieren meter la mano en eso. Ese es el PER de los ricos, pero solo se habla de los jornaleros: que si cobran, que si no trabajan…

-Se ha presentado en el Congreso como el primer jornalero con escaño. ¿Qué objetivos se ha marcado?

-Me conformaría con algunas cosas: que los jornaleros no tuvieran que estar humillados pidiendo o comprando peonadas, una reforma agraria y que la PAC fuera un instrumento para desarrollar nuestros pueblos. Pero sobre todo, muy importante es que la gente entienda que la tierra no es una mercancía, que es un don de la naturaleza, o un don de Dios para los creyentes, que tenemos que conservar porque todos tenemos derecho a vivir de ella, también las generaciones venideras.

-Esa reforma agraria de la que habla, ¿en qué consistiría?

-No estoy de acuerdo con la frase esa de «la tierra para quien la trabaja». La tierra no tiene que ser para el que la trabaja, tiene que estar al servicio de las personas, es la despensa de la alimentación humana y por tanto tiene que ser pública. La reforma agraria no significa quitarle la tierra a los agricultores pequeños, pero las de los grandes propietarios tienen que ser tierras públicas y pasar a familias, campesinos, cooperativas o proyectos municipales. Cuando ese proyecto la deje o no quiera labrarla, que se pueda concursar para otro. Es un insulto que una persona tenga 30.000 o 40.000 hectáreas de tierra. ¡Si necesitas un metro y medio nada más cuando te mueres! ¿Para qué quieres tanta? Lo importante es que esa tierra sirva para el desarrollo de las personas.

-¿Expropiar entonces?

-Más que expropiar es darle otra orientación. ¡Me has expropiado mi tierra! No, porque no es tuya. ¿Tú la has fabricado? No. Tú tienes ahora el título de propiedad, pero nadie la ha fabricado, igual que el aire o el agua. Yo no emplearía expropiar, diría que poco a poco esa tierra tiene que pasar a manos públicas.

-¿Cuándo fue la última vez que trabajó en el campo?

-El año pasado. Estuve cogiendo aceitunas, verdeando. Un mes, 30 días, a 45 euros el jornal. En Arahal, muy cerca de El Coronil, mi pueblo. Yo siempre he trabajado en el campo.

-¿Y va a seguir haciéndolo?

-En el Congreso de los Diputados he renunciado a darme de alta. Yo estoy dado de alta en mi cartilla agrícola y me pago mis 87,90 euros todos los meses. Soy jornalero y quiero jubilarme como jornalero, con los mismos derechos. En el Congreso, cotizando cuatro años cuando te jubilas te pueden quedar 1.200 euros como mínimo. A mí me van a quedar 620. No busco ningún privilegio.