No en todas las poblaciones extremeñas cuesta lo mismo tener un coche o una vivienda en propiedad. Tampoco desarrollar una actividad económica o realizar una obra. Tomando como referencia las ocho localidades extremeñas de mayor población (Badajoz, Cáceres, Mérida, Plasencia, Almendralejo, Villanueva de la Serena, Navalmoral de la Mata y Don Benito) se aprecia que las diferencias entre los tributos de índole local que se aplican en todas ellas puede llegar a ser bastante ostensible.

Es lo que sucede, por ejemplo, con el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM). Pagado con periodicidad anual, grava la titularidad de cualquier tipo de vehículo a motor autorizado a circular por la vía pública. La tributación se establece en función de las características del vehículo (tipo, potencia fiscal o carga útil).

En la mayor parte de los casos, es en Almendralejo donde el tributo resulta más gravoso. Allí, un turismo con una potencia fiscal de entre 8 y 11,99 caballos (cualquier utilitario de gama media) supone el pago anual de 55,89 euros. Por contra, si ese mismo coche circula por las calles de Villanueva de la Serena, habría que abonar 37,49 euros, es decir, 18,4 euros menos por año. Mérida sería la segunda ciudad extremeña con un IVTM más elevado para el citado modelo (54,19 euros) por encima de Badajoz (53,61 euros).

En general, Almendralejo, Mérida y Badajoz son las tres ciudades que gravan en mayor medida la titularidad de un turismo sea cual cual sea su potencia. Un orden que también se repite si lo que se compara es la tenencia de una moto de entre 125 y 250 centímetros cúbicos (se paga una cuota de 12,41, 12,04 y 11,91 euros en estas tres localidades, respectivamente). En cambio, para un ciclomotor, en primer lugar figura Cáceres, con 8 euros al año, superando a Plasencia (7,3 euros) y Almendralejo (7,25 euros). En ambos casos, Villanueva de la Serena es la que menos cobra (8,33 euros para la moto y 4,86 para el ciclomotor).

El Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) es el principal sustento de las arcas locales. Según los datos del Ministerio de Hacienda, representan casi un 40% de los ingresos de los municipios extremeños. En el caso de las fincas urbanas, el ranking lo encabezan Badajoz, con un tipo impositivo del 0,913%, y Cáceres, con un 0,825%. A una sensible distancia, Navalmoral (0,578%) y Plasencia (0,60%) son los municipios donde menos se tributa por este concepto. No obstante, el hecho de que el año de entrada en vigor de los valores catastrales sea muy desigual (la horquilla va desde 1994 en Almendralejo al 2010 en Mérida) también puede establecer importantes distorsiones en el cálculo, las derivadas de valorar el inmueble con parámetros de mediados de los noventa a hacerlo con los establecidos en plena burbuja inmobiliaria.

Si por lo que se tributa es por un terreno rústico, en primer lugar aparece Mérida (1,217%) y en último, de nuevo, Navalmoral de la Mata (0,3%).

También se aprecian diferencias significativas entre las mayores poblaciones extremeñas a la hora de gestionar el cobro de otro impuesto vinculado al sector inmobiliario, el de incremento del valor de los terrenos de naturaleza urbana. En el tramo de uno a cinco años el intervalo va del 3,7% del valor del terreno en Cáceres al 2,4% de Navalmoral. La brecha se repite en los porcentajes de reducción que pueden aplicarse (para ese mismo tramo varían entre el 25,74% de Badajoz y el 30% que existe en varias poblaciones).

OBRAS E INSTALACIONES El Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) es otro importante soporte para las haciendas locales (el tercero en cuantía, tras el IBI y el IVTM). Aquí el hecho imponible es la construcción, instalación u obra que requiera licencia municipal, ya sea de obras o urbanística. La tabla la lideran Badajoz y Villanueva de la Serena, con un 4% de la base imponible, mientras que en Mérida y Almendralejo es algo menor, del 3,8%. En el extremo contrario aparece Navalmoral, con un 2,4%.

En cuanto al Impuesto de Actividades Económicas, a la hora de calcularlo este incluye un coeficiente de situación que se aplica en función de la categoría de la calle en la que esté situado el local donde se ejerza la actividad. Este coeficiente se multiplica por la cuota tributaria. Las poblaciones que cuentan con un máximo más elevado son Almendralejo, con un 3,8, Villanueva de la Serena (3,4) y Cáceres (3,25) y las que menos Badajoz y Navalmoral, en los dos casos con el 1,2. En los coeficientes mínimos, los más altos están en Plasencia, con 2,40, y Cáceres, con 1,50. Y los menos en Badajoz y Villanueva de la Serena (0,8 y 0,85, respectivamente).