NACIO EN MADRID, EL 28 DE AGOSTO DE 1973

DOCTORA EN MEDICINA Y CIRUGUA, ESPECIALISTA EN ONCOLOGIA MEDICA POR EL HOSPITAL GREGORIO MARAÑON

LLEGO A EXTREMADURA HACE 2 AÑOS Y TRABAJA EN EL HOSPITAL SAN PEDRO DE ALCANTARA, EN CACERES

--¿Cómo ves el debate sobre el uso de células madre?

--Bastante confusa. La investigación con células madre tiene mucho futuro, pero es confusa por las diferentes formas de enfocar el problema, y cada una tiene sus ventajas e inconvenientes. Hay padres interesados en ayudar a sus hijos, y gente con enfermedades degenerativas serias, que tienen esperanzas en los tratamientos con células madre, pero la investigación es muy lenta.

--¿Y los pasos dados en este campo en Extremadura?

--Siempre la investigación es buena. La medicina intenta luchar para descubrir y curar. Cuando se intenta curar con fármacos hay poco problema ético. Cuando se intenta curar con células madre de un adulto, igual, porque esa persona sigue viviendo sin ningún problema. El problema está cuando se pretende usar células embrionarias en investigación para encontrar soluciones a una enfermedad concreta. Ahora mismo, lo que se plantea es cómo dar salida a los embriones precoces que están en clínicas de reproducción y tienen una identidad propia, por lo que son vidas humanas. Hay gente que ve el frenar la investigación con células embrionarias como poner una barrera a la ciencia. Y a veces es porque se desconoce la efectividad que puede tener un tratamiento con células madres adultas, que es el que se utiliza ahora y no se impide que una vida humana salga adelante.

--¿Habría que permitir investigar con embriones para solucionar enfermedades?

--Creo que hay que invertir en investigación con células madre sin necesidad de tener que emplear embriones en la investigación, que son vidas humanas.

--¿Debe permitirse la clonación terapéutica como solución?

--Es un poco lo mismo. La clonación nos lleva a un terreno pantanoso y con las células madre se puede dar lugar a lo mismo, que una sola célula madre dé lugar al tejido que se busca y posteriormente en el laboratorio desarrollar ese tejido en volumen suficiente para su trasplante. Se está dejando la investigación con células madre en favor del trabajo con células embrionarias.

--¿Quién cree que debe decidir sobre la aplicación o no de estas técnicas? ¿Los políticos, la sociedad, la ciencia?

--Lo lógico, a la Comisión Nacional de Reproducción Asistida. Pero falta alguien que muestre una valoración sobre si se trabaja o no con vidas humanas. La ministra Salgado dijo que es un debate que no debe hacerse, en principio, religioso, sino sobre la Constitución. Tal vez no se trate ni de una cosa ni de otra. Debe basarse en lo que es la persona humana, desde su concepción. En el momento en que un óvulo se une a un espermatozoide, eso ya tiene una identidad y un código genético propio, diferente a los padres, y eso ya es una entidad. Por supuesto hay que trabajar para curar enfermedades, pero sin olvidar la naturaleza humana. Una ética clara de lo que es la persona humana para guiar a médicos, científicos, pacientes...

--¿Y cuál es su solución?

--Hay que investigar. No todo lo que se puede hacer o está en nuestras manos es correcto. Los padres luchan por curar a sus hijos. Pero no puede ser a costa de sacrificar un embrión, hijo de ellos, para hacer un trasplante. A esta gente hay que darle una solución, sin perder de vista lo que se está haciendo. El fin es bueno si no fuera porque en el camino se quedarán embriones que no saldrán adelante por no ser útiles para un trasplante. Tan importante es el hijo enfermo como el embrión que está en una probeta y que ya es hijo de sus padres. Es sacrificar una o varias personas para salvar a una persona enferma.