Empleo, vivienda y problemas de salud. Son las principales causas que justifican las situaciones de exclusión social que vivien los hogares extremeños, según los datos recogidos en el VIII Informe Foessa que Cáritas presentó ayer en la Asamblea.

El empleo es el que tiene un mayor impacto en las situaciones problemáticas de las familias extremeñas (34,7% de los casos), a diferencia de lo que ocurre en otras regiones con economías «más dinámicas». La situación más extendida es la referida a las personas que residen en hogares con al menos una persona en paro y que no ha recibido formación en el último año, aunque en ocasiones la exclusión también viene motivada por la «creciente prevalencia» de la pobreza en el empleo, hasta el punto de que el 36,9% de los hogares extremeños en riesgo de exclusión están sustentados por una persona ocupada.

También los problemas relacionados con la vivienda tienen en Extremadura un impacto importante: el 20,9% de las familias se ha visto obligada a reducir los gastos de suministro de su hogar y el 10,4% ha tenido que hacer frente a algún corte de suministro de luz agua o teléfono en los últimos tres años. Además, se aprecian 42.000 hogares en riesgo de insalubridad y otros 23.000 con deficiencias graves en la construcción.

En lo que se refiere a la dimensión de la salud, el informe Foessa revela que el 11,2% de la población extremeña se encuentra afectada por la exclusión social en este campo y que un 7,3% de la población reside en hogares que han dejado de comprar medicinas y/o seguir tratamientos o dietas por problemas económicos.

Sin embargo, se destaca como positivo que la incidencia de la exclusión entre las personas con discapacidad o dependencia es «muy inferior» al resto de España, lo que indica que se han creado mejores barreras para estos colectivos.