El turismo de congresos y eventos ha tenido ‘actividad cero’ este verano. Según los datos que aporta María José García Curto, presidenta de OPC Extremadura, con motivo de la pandemia en España se anularon 1.100 eventos y se han aplazado otros 1.300. Aunque la región no está muy posicionada en el segmento MICE (Meetings, Incentives, Conventions and Exhibitions) sí es cierto que las perspectivas eran optimistas, gracias a grandes profesionales de distintos ámbitos como las azafatas, los traductores o lo audiovisual.

«La realidad es que llega el otoño y estamos metidos en un ‘mundo virtual continuo’. Los eventos presenciales se han cancelado y todo lo que tenemos por delante son reuniones virtuales. En contra tenemos el miedo y la incertidumbre de los ciudadanos que tienen miedo de subirse a un medio de transporte. Por eso estamos luchando mucho por volver a lo presencial, porque es donde está la esencia de nuestro trabajo y negocio. Se están perdiendo muchas oportunidades de organización de proyectos científicos y de organización, que debemos retomar».

Las empresas del sector MICE han hecho un gran esfuerzo por adaptarse a los protocolos anticovid e invertido mucho tiempo y dinero en ellos. Ahora el reto es que los promotores de reuniones confíen en ellos. «Las cosas han cambiado y tenemos que fomentar eventos profesionales locales. En un futuro próximo, se estima que a partir de 2022-23 se podrá volver a lo presencial, aunque hay que saber que en este sector los eventos se programan con mucha antelación, con incluso dos años. Tenemos que trabajar sobre todo con el posicionamiento en el destino. Extremadura es poco visible en el sector. Hay que aprovechar para trabajar en una estrategia que posicione a Extremadura y sus ciudades principales, Cáceres, Badajoz, Mérida, Trujillo, Plasencia y Don Benito-Villanueva, todas con Palacios de Congresos».