Hace un año que Santos Gragera decidió dar el salto y emprender. «Estudié turismo, siempre he trabajado en hoteles y decidí aventurarme. Ya había tenido contacto con la gestión de apartamentos en algunos hoteles y fue amor a primera vista. La clientela no es tan exigente como la que acude a un hotel de cuatro estrellas, sentía empatía y me llamaba mucho la atención la idea», cuenta este joven de Montijo residente en Mérida.

El pasado mayo abrió en la capital extremeña sus dos primeros apartamentos (no es propietario de los inmuebles, los tiene en alquiler) y ya está trabajando en la apertura de otros dos. Se llaman Élite, pero cada uno de los apartamentos lleva el sobrenombre de una artista. Los dos que están en marcha (en la calle Parejos y con una puntuación de 9,5 en Booking) están inspirados en Frida Kahlo y, de momento, raro es el fin de semana que no están completos. Eso sí, la temporada alta por excelencia en la capital es el verano. «Con el festival de teatro y los conciertos es raro el establecimiento que no llena aquí en estas fechas porque la ciudad tiene pocas plazas hoteleras y el turismo es cada vez mayor».

Por eso, Santos considera que el apartamento turístico no será una moda pasajera sino una alternativa de alojamiento más. «Tiene otras ventajas, es como estar en casa, más cómodo y ofrece más libertad». Es una opción preferida para parejas, familias con hijos y con animales. «Recibo muchos viajeros que vienen con sus mascotas, me gustan».

Ante el boom que vive este sector, quiere hacer una diferenciación porque no todos son iguales: «montar un apartamento turístico bien, de forma legal, es muy complicado, sobre todo por la burocracia; pero hacerlo ilegalmente es sencillísimo y frustra muchísimo a quienes intentamod hacer las cosas bien. Y eso a la vez también motiva para hacerlo mejor», cuenta. Él tardó unos cinco meses en tener todos los papeles en regla para poder abrir el negocio que gestiona solo. «Soy autónomo y me dedico a todo: contabilidad, limpieza, mantenimiento...»