Tan solo dos casas separaban en la calle Cerezo a Manuela Chavero y a Eugenio D. H., el hombre detenido anoche por la Guardia Civil y que habría confesado esta mañana la muerte de su vecina en Monesterio hace cuatro años. “Le conocíamos desde que era un niño y hablé con él un mes después de desaparecer mi hermana y no era capaz de mirarme a los ojos”, ha explicado Emilia Chavero tras conocer la detención.

El detenido vivía solo en la casa que la familia tenía en Monesterio (localidad pacense de unos 4.000 vecinos), después de que sus padres se separaran y su padre falleciera hace algún tiempo. Aficionado al mundo de la equitación, Eugenio D. H. “estaba obsesionado con Manuela”, ha dicho su hermana, que lo define como un hombre “violento”. La familia sospechó de él desde el primer momento.

El detenido es una de las personas a la que los investigadores ya habían tomado declaración tras la desaparición, pero tenía una coartada. Según fuentes cercanas al caso, habría declarado que estaba de viaje la noche que se produjeron los hechos, pero los agentes comprobaron que no fue así. Y ahí comenzaron a estrechar el cerco y a investigar al sospechoso ahora detenido.