Comer ya no es solo cuestión de supervivencia. En los últimos años el binomio entre alimentación y salud se ha acrecentado y eso se nota también a la hora de llenar la nevera. Ahora se mira más lo que consumimos, se compran más frutas y hortalizas pero también crece el consumo de platos preparados y de bebidas refrescantes. La cesta de la compra es un reflejo de la forma de vida de cada familia y también de su economía. ¿Qué se come en los hogares extremeños? ¿cuánto se gastan en comida? ¿en qué se va la mayor parte del presupuesto? ¿dónde prefieren comprar? ¿cambian los hábitos de consumo?

Todas estas cuestiones tienen respuesta en el último Informe del consumo alimentación en España 2016 que acaba de publicar el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. Según este estudio, Extremadura es, junto a Andalucía, la comunidad donde menos dinero se destina a hacer la compra. El año pasado, cada extremeño se gastó de media 1.304 euros, 108 euros mensuales. Son casi 30 euros más que un año antes y supone además el mayor desembolso desde el 2008, cuando se invirtieron 1.337 euros. Hacía siete años que no se gastaba en alimentación tanto y fue el 2012 el año que registró el gasto per cápita más bajo de la última década: 1.222 euros. No obstante, pese al incremento del desembolso en Extremadura, sigue siendo inferior a la media nacional, que se sitúa en 1.528 euros al año, 224 euros más que en la comunidad.

¿Y cómo se reparte este dinero? En la cesta media de un extremeño, el 21% del presupuesto se destinó el año pasado a comprar productos cárnicos. Fueron en total 275 euros per cápita en casi 45 kilos, principalmente carne fresca y de cerdo. En cuanto al pescado y mariscos, el desembolso es inferior y supone algo más del 12% de la cuenta anual. Cada extremeño consumió 22 kilos y se gastó en estos 166 euros. En ambos productos, el consumo ha bajado en el último año un 1,7%. Y no son los únicos. Ahora se come algo menos de pan (medio kilo menos per cápita) y también de bollería. En esta sección, entre pan y dulces, se gastan 127 euros al año por persona. Desciende también ligeramente la ingesta de azúcar, de aceite, de leche, de arroz, de zumos y de agua mineral (casi tres litros menos por cabeza).

Mientras unos alimentos bajan, hay otros que suben. Otra parte importante del ticket de la compra se va en frutas y hortalizas, que suponen el 8,2% y 7,8% del total, respectivamente. Así, tanto el desembolso como el consumo han crecido en la última anualidad: cada extremeño ingiere al año 84 kilos de fruta que suponen 107 euros y otros 33 kilos de hortalizas que cuestan 102 euros. También se ha incrementado el consumo de huevos, derivados lácteos, legumbres, pastas, chocolates y café, platos preparados y gaseosas, entre otros. Destacan los vinos, un litro más per cápita, y los frutos secos, cuya ingesta crece cerca un kilo (se pasa de 2,3 a 3 kilos) por extremeño al año.