Forraje verde para el ganado los 365 días del año. De obtención rápida, de buena calidad y a un coste bajo. Es lo que, asegura Luciano Barriga, se puede conseguir con el sistema de cultivo hidropónico que él mismo ha diseñado. Se trata, explica, de "una especie de caseta de obra que se climatiza". Dentro de ella se instalan bandejas con semillas de trigo, de maíz o de cebada, por ejemplo, con las que se genera forraje para alimentación animal en apenas seis días. "Para entonces ya tienes un palmo de forraje verde. Da igual la estación del año, o si hace frío o calor", dice Barriga, que asegura que se consigue cantidad y calidad: "Se trata de un pienso con una alta capacidad alimenticia, y muy barato. Compras un kilogramo de cebada y lo conviertes en seis de forraje más o menos".

El sistema se puede emplear para cualquier animal que coma hierba: ovejas, vacas, cabras, caballos, cerdos...., y sirve tanto para las explotaciones lecheras como para las de carne. "Cada uno puede tener su propia fábrica de forraje en casa", destaca este emprendedor. Aunque lleva "mucho tiempo peleando con esto", ha sido este mismo año cuando se ha puesto manos a la obra para intentar comercializar su producto. "Hasta ahora lo que he hecho es hacer pruebas y convencerme a mí mismo", señala Barriga, que es gerente de dos empresas (Trefilería Aliseda y Hermanos Hernández-Aliseda). Reconoce que, con la crisis que hay en el sector, la tarea no va a ser fácil, pero añade que ya hay bastantes ganaderos, sobre todo en Portugal, deseosos de probar estas cabinas.

La idea es fabricar cuatro modelos, con capacidad para proporcionar entre 50 y 800 kilogramos diarios, con precios entre los 12.000 y los 37.000 euros. "Si el rendimiento es como el que estamos obteniendo en las pruebas (en torno a un 30% de ahorro en los gastos de alimentación y a partir de un 15% de incremento en la producción de leche), se amortiza en poco más de un año".

Todo por su cuenta

"Hasta ahora --recalca-- todo lo que he hecho lo he hecho por mi cuenta. Solicité ayuda a la Junta para hacer las pruebas en la finca La Orden y lo único que me pidieron fue dinero, 20.000 euros. Más lo que me costaba hacer la cabina, se me iba a 50.000 o 60.000 euros". Eso sí, él está convencido del porvernir de este sistema: "Es el futuro de la alimentación animal", remacha.