La Conferencia de Asambleas Legislativas de Europa (CALRE), celebrada el miércoles pasado en Euskadi y en la que participó el Parlamento extremeño, sacó adelante la llamada Declaración de Euskadi con el apoyo unánime de todos los presidentes de las asambleas legislativas de Europa, incluido el respaldo de la Asamblea de Extremadura. También se eligió la nueva presidencia de la CALRE para 2009, que recayó en el presidente del parlamento austriaco del Tirol, Herwing Van Staaen.

El presidente del Legislativo, Juan Ramón Ferreira, resumió dicha Declaración como un compromiso en el que se "apuesta por una Europa más fuerte que es la solución a los problemas de los distintos países, que son conscientes de que la unión política y monetaria nos hace más resistentes a la actual crisis". "Pedimos a la UE una reforma institucional que haga posible una mayor proximidad y participación a los ciudadanos a través de los parlamentos".

El presidente de la Asamblea de Extremadura, considera uno de los puntos fuertes de la Declaración de Euskadi el que hace referencia a una "nueva forma de hacer política para reconducir el modelo de construcción europea". En este aspecto, señaló Ferreira, "los parlamentos regionales constituimos uno de los niveles más adecuados para canalizar la participación ciudadana en dicho proceso de construcción europea. Nuestra cercanía y conocimiento de las demandas sociales del entorno nos convierten en el elemento estratégico imprescindible para acercar Europa a los ciudadanos y ciudadanas que la conforman y garantizar que el proyecto Europeo cuente con el consenso lo más amplio posible entre su ciudadanía".

En su conjunto, todos los presidentes subrayaron que es "imprescindible" que se mantengan los criterios del Tratado de Lisboa de cara al "refuerzo del parlamentarismo a nivel regional, estatal y europeo".

OBJETIVOS La Declaración de la XII Asamblea de la CALRE confía en que "los problemas surgidos en el proceso de ratificación del Tratado de Lisboa serán solventados y entrará en vigor lo antes posible". Respecto a la reforma institucional, señala que "es necesario profundizar en los requerimientos de transparencia, eficiencia y participación propios de la política del siglo XXI".

Los rechazos de estados como Francia, Holanda e Irlanda al Tratado Constitucional Europeo ponen de relive en esta declaración "las reticencias de buena parte de la ciudadanía europea a la forma en que se está construyendo Europa" por lo que el texto aprobado aboga por "construir" la UE desde abajo hacia arriba, garantiza la transparencia de todo el proceso y fomenta la participación social, así como la figura de los parlamentos regionales para la participación ciudadana en dicho proceso de construcción europea.

En cuanto a la Red de Control de la Subsidiariedad, el texto señala que "las regiones legislativas de Europa tienen el reto histórico de tomar parte de forma activa en el control de uno de los principios básicos en el funcionamiento de la UE".