El diestro extremeño Antonio Ferrera se estrelló de bruces con dos toros mansos y muy remisos, con los que destacó únicamente en dos tercios de banderillas muy variados y muy aplaudidos por los tendidos, en el festejo celebrado ayer en Albacete, sexto de su feria taurina de la Virgen de los Llanos.

Con la muleta no pudo hacer nada el extremeño más que mostrar voluntad y ganas de no dejarse ganar una pelea perdida de antemano. Fue silenciado al término de sus dos labores.

Algo parecido le pasó a Iván Fandiño, que dejó algún pase aislado a su primero dentro de un conjunto sin poso ni unidad por lo poco que duró el astado. Y no le quedó otra que abreviar con el imposible quinto en una faena mal rubricada con los aceros.

Por su parte, Daniel Luque sacó petróleo de su primero, el único toro que medio se dejó del deslucido envío de Alcurrucén, al que toreó con mucha expresión, mimo y empaque sobre todo al natural. Cortó una oreja.

El sexto, por su parte, fue el más deslucido de toda la corrida. Un toro que salía siempre suelto y distraído de los muletazos y que a mitad de su lidia buscó el abrigo de las tablas, donde no quiso saber nada de peleas, por lo que la labor de Luque fue, a todas luces, imposible.

FICHA DEL FESTEJO- Toros de Alcurrucén, bien presentados pero mansos, remisos y muy deslucidos. El más toreable, el tercero. El sexto, pitado en el arrastre.

Antonio Ferrera: bajonazo (silencio); y pinchazo y estocada caída (silencio).

Iván Fandiño: estocada (ovación); y pinchazo, otro hondo y tres descabellos (silencio tras aviso).

Daniel Luque: media (oreja); y pinchazo hondo (silencio).

La plaza tuvo tres cuartos de entrada en tarde soleada y agradable.