El Carnaval resiste en Cáceres. Los agoreros que lo daban por muerto este año se quedaron ayer sin argumentos porque la noche transformó lugares como el Bombo de Cánovas o el Gran Teatro en estupendos escaparates donde lucieron el disfraz, la máscara o el antifaz. Tampoco faltó la actividad en los barrios, con desfile en la Cañada o una fiesta infantil en Nuevo Cáceres.

A la llamada a través de las redes sociales para la quedada en Cánovas respondió el público, principalmente juvenil, que animó la fiesta con atuendos ingeniosos y muchas ganas de diversión. A ritmo de tambores, la comitiva llegó hasta la plaza Mayor, fin del recorrido para los entusiastas carnavaleros.

Tanto y más disfrutaron quienes apostaron por acudir al baile de máscaras del Gran Teatro, una iniciativa singular que llenó los vestíbulos de la bombonera de San Antón al ritmo de djs. Si el Carnaval es ruptura y novedad, la idea del Gran Teatro puede considerarse un éxito a tenor de la respuesta del público.

Y así, tan divertido como singular, Cáceres demostró ayer que quiere la fiesta y que todo lo que se haga por mantenerla viva será bueno. La movilización de ayer lo deja claro, muy claro.