El Ministerio de Fomento ha conseguido reducir artificialmente de manera sustancial el número de puntos negros para el tráfico en las carreteras extremeñas, por el sistema de endurecer las condiciones para que un tramo de la red viaria sea considerado como conflictivo.

Así se explica en una respuesta parlamentaria del propio ministerio, que apunta que, hasta el año 2000, para que una zona fuese punto negro se precisaba que en un año hubiese, al menos, tres accidentes en un tramo de 200 metros, aunque en estos siniestros únicamente hubiese daños materiales.

Sin embargo, a partir de ese año, se considera un Tramo de Concentración de Accidentes (TCA) aquel de no más de cien metros donde hubiese tres o más accidentes con víctimas en el mismo año.

Así, mientras en el registro del 2000 en Extremadura había recogidos 19 TCA, 15 localizados en la provincia de Badajoz y cuatro en la de Cáceres, en el del 2001 (último año en el que se cuenta con datos cerrados) se tenía referencia de sólo 13, de los que diez estarían en Badajoz y tres en Cáceres.

Con el cambio de definición, unido a la realización de algunas obras (seis en el trienio 1999-2001) se ha conseguido frenar la tendencia al alza de los puntos conflictivos.

En otra respuesta de Fomento, que se circunscribe a la evolución de los TCA en la provincia pacense, la más conflictiva, especialmente en la Nacional 432, puede comprobarse con más claridad el efecto estadístico que ha resultado de las nuevas denominaciones. De este modo, en el año 1996 había en Badajoz 17 zonas amparadas bajo la definición de puntos negros, lo que permitía su inclusión en el Plan Extraordinario de Seguridad Vial. Tres años después, justo antes de variarse los criterios, la misma provincia ya sumaba 21 TCA.

Además, las acciones que para la comunidad autónoma de Extremadura se recogieron en el primer plan de seguridad --que abarcó el trienio ya referido 1999-2001-- se limitaron al acondicionamiento de tres pequeños tramos de carretera, de entre 300 y 500 metros, y a la señalización de otros tres.

Según un informe de la Dirección General de Tráfico, la mayoría de dichas obras lo único que consiguen es trasladar el punto conflictivo unos metros, y un nuevo tramo de concentración de accidentes aparece en el siguiente registro.

Para tratar estas situaciones con más garantías se recomienda la modificación de los trazados en zonas más amplias o, como solución más idónea, la conversión de la carretera en autovía.