Hace décadas que diferentes empresas investigan sobre los recursos mineros de la región, pero el avance del proyecto en Cáceres ha generado un movimiento social en esta ciudad que se está trasladando ya a otros municipios donde también existen permisos de investigación minera activos. Y aunque no sea ninguna novedad y lleven años haciéndolo, es ahora cuando una parte de la sociedad empieza a moverse en contra.

En Cáceres, la plataforma Salvemos la Montaña ha recogido ya más de 15.000 firmas para evitar el proyecto. El colectivo denuncia «la catástrofe ambiental y los daños para la salud que supondría la explotación de litio en la mina de Valdeflores, por contaminación del aire, los suelos y el agua, con metales pesados y sustancias químicas, así como la desaparición de todo el medio natural circundante. Porque creemos que hay mejores formas de generar riqueza para Cáceres, es necesario detener esta sinrazón antes de que sea demasiado tarde», denuncian en su escrito. La plataforma ha solicitado una reunión con los responsables del Gobierno local y los grupos de la oposición para informar de sus actuaciones, que se llevará a cabo en los próximos días.

Y siguiendo la estela de este colectivo, está surgiendo otra plataforma ciudadana similar en Valencia de Alcántara. Denominada La Raya Sin Mina, está formada por medio centenar de vecinos de esta comarca que ven con recelos los movimientos que se están produciendo en algunos de los antiguos yacimientos mineros de la zona, donde hay en vigor varios permisos de investigación minera.

En concreto, según una portavoz de esta plataforma, tienen conocimiento de que hay hasta seis permisos de investigación minera concedidos en la comarca. Lo que desconocen a ciencia cierta es qué minerales se están estudiando, pero entre ellos podría estar el oro.

Reuniones cada 2 semanas

De momento, los integrantes de este colectivo se han reordenado en grupos de trabajo para seguir rastreando toda la información posible y cada dos semanas realizan una asamblea informativa, además de tareas de vigilancia para controlar los movimientos que puedan producirse en las zonas señaladas. Especulan con la posibilidad de que alguno de esos permisos de investigación en vigor pueda desencadenar en una explotación minera a cielo abierto y esto, señala la portavoz, podría tener nefastas consecuencias.

«Por ahora lo que estamos haciendo es informar a la población de que existen esos permisos de investigación y de las posibles consecuencias si llegan a convertirse en una explotación». A su juicio, este tipo de proyectos podría tener más perjuicios que beneficios para esta zona. «Pueden afectar a la salud de los vecinos, pero también tener un impacto ambiental en el agua, los suelos y el aire, además del impacto paisajístico de la zona. Además, casi todos los proyectos se ubican en espacio protegidos por la Red Natura 2000», apunta.